MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las zonas afectadas por el brote de ébola en el noreste de República Democrática del Congo (RDC) sufren ahora un repunte en los casos de malaria, una enfermedad que añade un nuevo obstáculo al despliegue sanitario y a la que las organizaciones internacionales y locales se han propuesto combatir con una campaña específica.
El Programa Nacional para el Control de la Malaria, apoyado entre otros grupos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), ha dado inicio este lunes a una campaña de cuatro días en la que prevén suministrar medicinas contra la malaria a 450.000 personas, así como distribuir mosquiteras.
El representante de la OMS en el país africano, Yokouide Allarangar, ha subrayado que "controlar la malaria es clave en zonas como Kivu Norte", entre otras razones para "reducir la presión" sobre un sistema sanitario que ya está al límite para combatir el brote de ébola, responsable de más de 230 fallecimientos hasta ahora.
La campaña emula a otra similar que ya se emprendió en Sierra Leona en 2014, en pleno brote de ébola en África Occidental, y adopta un enfoque conjunto para luchar contra dos enfermedades que presentan a menudo síntomas similares. De hecho, alrededor de la mitad de los pacientes tratados en centros para el ébola tenían en realidad malaria.
El último informe mundial sobre malaria de la OMS advertía de un repunte de 500.000 casos entre 2016 y 2017, hasta llegar a los 25 millones. República Democrática del Congo es el segundo país por número de casos --solo por detrás de Nigeria-- y registró el 11 por ciento de los 219 millones de enfermos totales.
En Kivu Norte, epicentro del brote de ébola, los casos registrados hasta principios de septiembre eran ocho veces más que en el mismo periodo de 2017, con una media de unos 2.000 enfermos por semana.
