MADRID, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
El ex presidente panameño Ricardo Martinelli ha llegado este lunes a Panamá para ser juzgado por cargos de espionaje, procedente de Estados Unidos, donde residía.
Martinelli ha aterrizado en el aeropuerto de Tocumen, Panamá, en un avión privado fletado por el Gobierno estadounidense que ha partido de Miami.
El Ministerio de Exteriores ha indicado en un comunicado que en torno a las 8.44 (hora local) Martinelli ha sido entregado por las autoridades estadounidenses a las panameñas, "cumpliendo con la orden de extradición".
"Una vez cumplido el acto formal de entrega", ha explicado, "el Ministerio de Exteriores ha culminado su función como canal de comunicación entre las autoridades competentes de los dos estados".
A partir de ese momento, el Ministerio de Interior se ha hecho cargo de Martinelli, que ha sido sometido a "una evaluación médica a cargo de profesionales idóneos". Después, será enviado al centro penitenciario El Renacer.
Por su parte, la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Heather Nauert, ha indicado que ahora "corresponde a las cortes panameñas determinar la culpabilidad o inocencia del señor Martinelli bajo los cargos por los cuales fue extraditado".
Decenas de simpatizantes de Martinelli se han concentrado en el aeropuerto de Tocumen y a las puertas de la Corte Suprema de Justicia con pancartas y gritos de apoyo al ex presidente. "¡Ring, ring, contesta que Martinelli ya llegó!", han coreado, según informa la prensa local.
MÁS DE 20 AÑOS DE CÁRCEL
El ex presidente fue detenido el año pasado en Miami, a donde se trasladó en 2015 para escapar de las pesquisas en su contra. Los investigadores le acusan de intervenir ilegalmente las comunicaciones a unas 150 personas durante su mandato (2009-2014).
Esta acusación se concreta en los cargos de interceptación de telecomunicaciones sin autorización judicial; seguimiento, persecución y vigilancia sin autorización judicial; peculado por malversación; y peculado de uso. La Fiscalía pide 21 años de cárcel.
Martinelli, un magnate de los supermercados, tiene además una decena de causas pendientes, desde malversación de fondos públicos a venta de indultos. Él niega los cargos y los atribuye a una venganza política del actual presidente, Juan Carlos Varela, un antiguo aliado político.
