MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
Unas 62.000 personas han huido desde Nicaragua a los países vecinos, sobre todo a Costa Rica, para escapar de la crisis política que estalló hace un año con multitudinarias protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega, y que aún colea, según ha informado este martes el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUR).
La portavoz de ACNUR, Liz Throssell, ha indicado que, cuando está a punto de cumplirse el primer aniversario del estallido popular contra Ortega, el próximo 18 de abril, hay 62.000 nicaragüenses que han cruzado la frontera, de los cuales 55.000 lo han hecho hacia Costa Rica.
Throssell ha explicado que inicialmente escapaban adultos, pero ahora se pueden ver familias enteras, incluidos niños, huyendo de la nación centroamericana.
De acuerdo con la Autoridad Migratoria de Costa Rica, hasta el pasado mes de marzo, unos 29.500 nicaragüenses habían solicitado asilo, mientras que otros 26.000 están esperando a poder formalizar sus peticiones porque el sistema está saturado.
"Entre los que piden asilo hay estudiantes, ex trabajadores públicos, figuras opositoras, periodistas, médicos, granjeros y defensores de los Derechos Humanos" que en su mayoría llegan con "necesidades de asistencia sanitaria, apoyo psicológico, refugio y comida", ha precisado.
Throssell ha encomiado los esfuerzos de Costa Rica por acoger a sus vecinos nicaragüenses ante lo que ha definido como "un flujo migratorio abrumador" que ejerce una "presión notable" sobre el sistema de asilo y las comunidades de acogida.
La ONU ha apoyado a las autoridades costarricenses con personal, formación y equipos para "aumentar la capacidad de la Unidad del Refugiado del Gobierno tanto en la capital, San José, como en la oficina de ACNUR en Upala, cerca de la frontera, que se abrió el pasado mes de diciembre.
ACNUR ha valorado que, a diferencia de otros países, en Costa Rica todos los niños pueden ir al colegio con independencia de su estatus legal. "Hemos ayudado a las escuelas primarias que están en la frontera norte y han recibido alumnos nicaragüenses proporcionando pupitres, sillas y material" escolar, ha apuntado la portavoz.
"LA GENTE VA A SEGUIR HUYENDO"
La agencia de la ONU ha advertido de que "sin una solución política a la crisis en Nicaragua lo más probable es que la gente siga huyendo".
"Se necesitan fondos urgentemente para fortalecer la respuesta humanitaria de ACNUR para permitir que los solicitantes de asilo en extrema necesidad de asistencia puedan acceder a la ayuda en lugar de tener que recurrir a trabajos informales para pagar alquileres y comida con precios por encima de su alcance", ha reclamado Throssell.
ACNUR, ha señalado, está trabajando con los socios de Naciones Unidas para preparar una respuesta conjunta a la situación humanitaria de los migrantes nicaragüenses.
CRISIS POLÍTICA
Las protestas contra el líder sanidinista comenzaron por una polémica reforma de la seguridad social pero rápidamente se extendieron hasta exigir la "democratización" de Nicaragua.
Más de 300 personas murieron por la represión de las manifestaciones antigubernamentales y miles fueron detenidas. Organizaciones de Derechos Humanos han acusado a la Policía y grupos paramilitares afines al Gobierno de cometer crímenes de lesa humanidad.
Además, en estos doce meses, el Gobierno ha expulsado de Nicaragua a la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y al Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI) y ha prohibido varias ONG locales.
Ortega ofreció un diálogo nacional a los manifestantes que quedó en suspendo por su negativa a anticipar las elecciones presidenciales. Las negociaciones se retomaron en febrero y permitieron liberar a 150 "presos políticos", con la promesa de excarcelar a todos, si bien han vuelto a llegar a un punto muerto.
