SAN FRANCISCO, 29 Ago. (Reuters/EP) -
Phillip y Nancy Garrido, el matrimonio acusado de secuestrar durante dieciocho años a Jaycee Lee Dugard en el patio trasero de su casa, se declararon inocentes de los 29 delitos que se les acusa, entre ellos los de secuestro y agresión sexual ante el Tribunal Superior del condado de El Dorado.
Ninguno de los dos habló ante el juzgado, y sus suplicas fueron realizadas por sus abogados. Garrido, secuestrador convicto, se mostró frío durante el tiempo que estuvo ante el tribunal. Sin embargo, su mujer permaneció con la cabeza inclinada y llorando en la sala.
Por otra parte, La policía se disculpó por no haber seguido una pista anónima del 2006 que pudo haberlos llevado a Jaycee Dugard, secuestrada cuando se dirigía a una parada de autobús cerca de su casa en South Lake Tahoe en 1991.
Las autoridades creen que la joven, de 29 años, pasó la mayor parte de su cautiverio viviendo en tiendas de campaña y cobertizos en el patio del raptor convicto Phillip Garrido, acusado de tener dos hijas con su rehén.
La Policía estuvo en casa del matrimonio ayer en busca de pruebas que podrían relacionar a Garrido con el asesinato de unas diez prostitutas en la década de los noventa, según informó el diario 'San Francisco Chronicle'.
El sheriff de Contra Costa, Warren Rupf, reconoció que un vecino de Garrido llamó a la policía el 2006 y aseveró que el raptor de Dugard era un "psicótico" con adicciones sexuales que tenía niños viviendo en tiendas de campaña en su patio.
Cuando un oficial fue a la casa para el seguimiento, habló con Garrido en el patio delantero y le advirtió que existían restricciones sobre vivir a la intemperie en un barrio residencial, dijo Ruppf. "Este no es un resultado aceptable. Debimos ser más inquisitivos o curiosos y regresar una o dos veces", añadió.
El hermano de Garrido dijo al San Francisco Chronicle que el hombre es inestable mentalmente, que tiene antecedentes de abusos de drogas y describió a su cuñada como una "robot" bajo su control.
Las autoridades señalaron que Garrido mantuvo a Dugard y las dos hijas que tuvo con ella en el patio de la casa que compartía con su esposa. El jardín estaba cubierto por lonas y árboles altos, dificultando ver su interior desde afuera, agregaron.
(EUROPA PRESS INTERNACIONAL)
