McCain asegura que el plan de seguridad funciona durante una visita a un mercado de Bagdad

Actualizado: lunes, 2 abril 2007 0:21

BAGDAD, 1 Abr. (EUROPA PRESS)

La delegación de congresistas estadounidenses republicanos, liderada por el veterano John McCain, visitó hoy un mercado de Bagdad, donde el probable candidato presidencial dijo que el nuevo plan de seguridad está funcionando. La senadora Lindsey Graham, por su parte, afirmó que los esfuerzos de los demócratas por fijar una fecha de retirada para las tropas son un "gran error".

McCain reconoció que la tarea es difícil pero lamentó que los americanos no tengan una "visión completa" de los avances que se están consiguiendo en Bagdad. Los votantes no están al tanto de la disminución en los asesinatos sectarios, el establecimiento de puestos de seguridad en toda la ciudad y los esfuerzos de los líderes tribales suníes contra Al Qaeda en el oeste de la provincia de Anbar.

"Estos y otros indicadores son la razón para tener un optimismo cauto, muy cauto, sobre el efecto de la nueva estrategia", afirmó McCain.

Los miembros de la delegación dieron una rueda de prensa en la Zona Verde, la más protegida de la capital. Los congresistas visitaron un mercado de la capital justo después de llegar desde el aeropuerto de Bagdad en vehículos blindados y con una fuerte protección. Normalmente, los dirigentes extranjeros que visitan Bagdad viajan desde el aeropuerto a la zona verde en helicóptero.

McCain se mostró hostil con los periodistas y se negó a responder a una pregunta sobre si Estados Unidos planea atacar Irán. También puso mala cara mientras respondía a una pregunta sobre las declaraciones realizadas la semana pasada con respecto a la seguridad de las calles de Bagdad. "Las cosas son mejores y hay signos que animan. He estado aquí muchas veces y nunca he podido venir por carretera desde el aeropuerto como lo he hecho hoy", explicó.

"No estoy diciendo 'misión cumplida', 'últimos estertores' ni nada parecido. Es un camino largo y duro y muy, muy difícil", argumentó McCain. "Creo que hay signos que animan, pero no lo interpretéis de ningún modo que signifique que no estamos ante una tarea larga y difícil", apuntilló.

Graham, republicana de Carolina del Sur, afirmó por su parte que establecer una fecha fija de retirada sería un "gran error" y que Bush debería utilizar su veto porque el plan de seguridad está funcionando.

"Hemos pagado un precio muy alto, los iraquíes y Estados Unidos, por haber dejado que las cosas se desataran, por no tener suficiente personal sobre el terreno desde el principio, pero lo que estamos haciendo ahora es distinto", afirmó.

Los congresistas llevaban chalecos antibalas durante su paseo de una hora por el mercado durante el que pudieron comprobar el "aguante" y la "cordialidad" de los iraquíes, algunos de los cuales no aceptaron que les pagaran por los recuerdos que quisieron adquirir. Acompañó a los parlamentarios el máximo comandante de las tropas estadounidenses en Irak, el general David Petraeus.

La capital está viviendo un periodo de calma, pero los milicianos que han huido de Bagdad están sembrando la violencia en los alrededores de la ciudad, extendiendo la violencia a zonas que no la habían vivido hasta ahora, según un portavoz militar iraquí, el general Qassim Al Moussawi.

Al Moussawi aseguró que los últimos atentados no harán fracasar la operación que pretende registrar Bagdad barrio por barrio, iniciada el pasado 14 de febrero. "Los terroristas están arrinconados en una esquina y vamos a proseguir con la operación", afirmó.

Más de 600 iraquíes han muerto víctimas de la violencia sectaria desde el pasado 25 de marzo en una serie de ataques suicidas de importancia. El más importante de ellos fue un ataque suicida con camión bomba que acabó con la vida de al menos 152 personas en Tal Afar. La violencia desatada tras este ataque acabó con al menos 45 hombres suníes muertos en ataques de policías y chiíes.

En los últimos casos de violencia registrados, una bomba estalló en un mercado de Tuz Jormato, a unos 209 kilómetros al norte de Bagdad). En la explosión murieron tres personas y resultaron heridas otras cuatro. En otro ataque registrado ayer en la misma ciudad, dos iraquíes que buscaban trabajo murieron en un atentado con coche bomba.

Mientras, un parlamentario suní, Omar Abdul-Sattar, y un colaborador del vicepresidente, Tarq al Hashemi, Omar al Jubouri, consiguieron escapar de un atentado perpetrado con bomba. El artefacto estalló al paso de su comitiva por uno de los barrios más conflictivos de Bagdad. Este es el último ataque de los insurgentes suníes contra los suníes que se han adherido al proceso político iraquí.

También hoy fueron hallados una veintena de cuerpos acribillados, la mayoría de ellos en Bagdad, víctimas de la violencia sectaria de escuadrones de la muerte de las milicias chiíes. El número es bajo comparado con la media de 50 cadáveres diarios registrada antes del nuevo plan de seguridad.

Por otra parte, milicianos vestidos con uniformes de las fuerzas de seguridad secuestraron a once trabajadores chiíes de la construcción. Los insurgentes liberaron a tres de las mujeres del grupo cerca de Jalis, en la provincia de Diyala. Las milicias chiíes, los insurgentes suníes y las fuerzas iraquíes y estadounidenses combaten en esta región desde hace semanas.

El presidente iraquí, Jalal Talabani, argumentó que las milicias chiíes, especialmente el Ejército del Mahdi, leal al clérigo radical Muqtada al Sadr, permanece inactivo para evitar conflictos con las tropas americanas que participan en la operación.

"No hemos recibido ninguna queja últimamente por agresiones o ataques contra nuestros hermanos suníes, tal como sucedía en el pasado. Es una nueva tendencia", dijo en conferencia de prensa.

Mientras, más de 600 personas se manifestaron por las calles del barrio de Ciudad Sadr para protestar por las operaciones de las fuerzas estadounidenses e iraquíes en este bastión chií. Los manifestantes portaban pancartas con críticas por la falta de servicios públicos prometidos por los cargos municipales.

También hoy, un portavoz del ejército estadounidense, el almirante Mark Fox, también expresó confianza en el operativo de seguridad, pero advirtió de que no será fácil pacificar la capital, y pidió paciencia. "El esfuerzo para llevar seguridad a Irak llevará tiempo", dijo Fox en una rueda de prensa conjunta con Al Moussaui.

"Nuestro trabajo no terminará en días o semanas. Vamos a ver más violencia en las próximas semanas y meses", agregó. Dejando en evidencia los temores de seguridad, Fox dijo que ayer sábado aparecieron sin explotar en la Zona Verde de Bagdad dos chalecos comúnmente usados por terroristas suicidas.

Fox indicó que las autoridades investigaban el hecho, y Al Moussaui se negó a especificar dónde fueron encontrados los chalecos.