Medvedev insta a Obama a dejar atrás las políticas de potencia y unir sus esfuerzos

Reuters
Actualizado: viernes, 3 julio 2009 0:02

MOSCÚ (Reuters/EP)

El presidente ruso, Dimitri Medvedev, manifestó que Washington y Moscú deben dejar atrás las políticas de potencia y utilizar la próxima cumbre bilateral para unir sus esfuerzos y hacer frente a la crisis financiera internacional y a los problemas políticos.

La primera visita a Moscú del presidente estadounidense, Barack Obama, prevista para la próxima semana, debería demostrar los primeros frutos de los esfuerzos de los inquilinos de la Casa Blanca y del Kremlin para "reiniciar" sus relaciones, que durante la anterior Administración estadounidense alcanzaron su momento más bajo desde la Guerra Fría.

Durante el primer encuentro que mantuvieron Medvedev y Obama el pasado 1 de abril en Londres, al margen de la cumbre del G-20, ambos se comprometieron a colaborar para reducir sus arsenales nucleares y resolver la situación en Afganistán, donde una coalición internacional liderada por Estados Unidos está librando la guerra contra los talibán.

"La nueva Administración de Estados Unidos, encabezada por el presidente Obama, está demostrando su disposición a cambiar la situación y a construir unas relaciones más efectivas", dijo Medvedev en un vídeo publicado en su blog en la página del Kremlin (www.kremlin.ru). "Nosotros estamos dispuestos a ello", añadió.

Está previsto que los dos mandatarios definan en Moscú el esquema de un nuevo tratado para el control de armas estratégicas, en sustitución del START-1 que expira en diciembre, y finalicen los acuerdos sobre el tránsito de suministros letales a Afganistán a través de Rusia.

"Ahora no es el momento de descubrir quién está en una situación más difícil o quién es más duro", dijo Medvedev. "Es el momento de unir los esfuerzos", exhortó. "Tenemos que mejorar nuestras relaciones para solucionar múltiples problemas globales a través de esfuerzos conjuntos", añadió.

Las buenas relaciones personales entre el predecesor de Medvedev, Vladimir Putin, y el de Obama, George W. Bush, persistieron a pesar de la tirantez de los lazos entre Moscú y Washington.

Medvedev dejó claro que él quiere una base sólida para las relaciones y destacó que "es absolutamente irrelevante quién sea el presidente ruso o el presidente de Estados Unidos". Aunque, dijo, "siempre tendrán una responsabilidad especial por las decisiones que estos tomen, una responsabilidad con sus naciones y con el mundo entero".

Los analistas opinan que a pesar de la buena voluntad de ambas partes, el "reinicio" de las relaciones no será un proceso fácil, ya que ambas partes tienen sus propias prioridades y metas. Opinan que las diferencias, amplificadas por la desconfianza mutua, pueden eclipsar el trabajo en proyectos prioritarios, como el nuevo tratado para la reducción de armas estratégicas.

El mes pasado Medvedev declaró que Rusia está dispuesta a reducir de forma importantes sus armas nucleares si Estados Unidos renuncia a sus planes de establecer un sistema de defensa antimisiles en Europa del Este.

"El Kremlin ve la cumbre para ayudar a restablecer la imagen de Rusia como gran potencia y legitimar el status quo de la élite política", comentaron ayer los analistas del Centro Carnegie de Moscú durante un foro de discusión. "Para Estados Unidos, la cumbre es parte de un esfuerzo más amplio para dialogar más positivamente con Rusia y conseguir una mayor cooperación en Irán y Afganistán", añadieron.