MOGADISCIO, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
Al menos 52 personas han muerto y otras 120 han resultado heridas hoy en los fuertes enfrentamientos que mantienen las tropas leales al Gobierno somalí interino, que a su vez es apoyado por el Ejército etíope, y la insurgencia en la capital, Mogadiscio, según informaron fuentes sanitarias y de la Organización Elman de Derechos Humanos.
Las luchas permanecieron en calma durante la pasada noche, pero ambas partes volvieron a enfrentarse esta mañana. Cientos de personas huyeron a pie de los disparos y otros se amontonaban en camiones que salían de la ciudad.
Mientras, los hospitales estaban saturados ante la llegada de los cientos de heridos. Dahir Dhere, director del Hospital Medina, manifestó que en el centro les es imposible atender a tantos heridos, por lo que han tenido que instalar campamentos en el exterior para instalar a todas las personas que iban llegando.
Tras los últimos enfrentamientos de hoy, que todavía no han concluido, el número de víctimas mortales en los últimos cuatro días se ha incrementado hasta 165, mientras que otras 229 personas han resultado heridas de diversa consideración, según el grupo Elman.
El presidente de esta organización humanitaria, Sudán Alí Ahmed, subrayó que la violencia desatada hoy en Mogadiscio se ha convertido en la peor de los últimos años. "Pido a las dos partes que detengan los ataques y los bombardeos" para salvar vidas de civiles, señaló a la agencia AP en una entrevista telefónica.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) sostiene además que aproximadamente 321.000 personas han huido de Mogadiscio desde el pasado mes de febrero, cuando comenzó los enfrentamientos entre la insurgencia y el Ejército somalí apoyado por tropas de Etiopía.
Un reportero de AP pudo escuchar desde su casa el ruido de disparos de mortero que dispararon las fuerzas etíopes desde el Palacio Presidencial hacia el norte de Mogadiscio, donde hoy se sitúa el principal campo de batalla entre las dos partes.
DESPLAZADOS
Mientras tanto, cientos de hombres, mujeres y niños comenzaron a desplazarse a pie o en camiones hasta las zonas seguras de la ciudad, como los suburbios del norte, mientras que otros abandonaban Mogadiscio hacia localidades del centro o sur del país.
Los que se marchaban a pie cargaban en sus cabezas utensilios de cocina y ropas envueltas en mantas. A muchos se les veía cansados y aseguraban que no habían comido en varios días. "Prefiero abandonar mi hogar para salvar mi vida y evitar la batalla. Es mejor morir de hambre y sed en un lugar seguro que esperar los disparos de mortero", señaló una mujer, madre de ocho niños.
Además, afirmó que lleva dos días sin comer y que había perdido a su marido y a una de sus hijas durante los enfrentamientos de marzo. Su casa en Mogadiscio estaba situada en el norte de la ciudad, en el barrio de Kungal, una de las bases de la insurgencia y escenario de los más fuertes enfrentamientos de los últimos días.
