LAHORE (PAKISTÁN), 17 Jun. (Reuters/EP) -
Al menos ocho personas han muerto y varias decenas han resultado heridas este martes en Lahore en enfrentamientos entre manifestantes y Policía en las inmediaciones de la residencia del religioso sufí Tahirul Qadri, después de que varios agentes intentasen retirar barricadas levantadas en torno a la vivienda del clérigo por sus seguidores para protegerle de ataques de la insurgencia.
Fuentes médicas han confirmado que entre los fallecidos hay dos mujeres y un agente de Policía. Los partidarios del predicador musulmán, que dirige el partido político Awami Tehreek y una institución musulmana caritativa, han denunciado que la Policía ha disparado munición real, acusación que ha sido respondida por los cuerpos de seguridad alegando que han sido los seguidores del religioso quienes efectuaron los disparos.
"Miles de policías han rodeado la vivienda de Qadri y la Secretaría para eliminar puestos de control instalados por nuestros activistas", ha relatado el portavoz de la institución caritativa de Qadri, Qazi Faiz. "Nuestros activistas han resistido y la Policía ha cargado contra ellos empleando gas lacrimógeno. Cuando los activistas han respondido, los agentes han disparado munición real", ha añadido Faiz.
Sin embargo, el ministro de justicia provincial, Rana Sanaullah, ha acusado a los partidarios del religioso sufí de "haber disparado a la Policía desde el tejado de las casas cuando los agentes intentaban retirar las barricadas". "Tomaremos acciones contra los responsables de este hecho", ha asegurado Sanaullah.
"MARCHA DE UN MILLÓN DE HOMBRES"
Qadri, que está asentado en Canadá, lideró el año pasado una marcha en la que miles de personas recorrieron las calles de Islamabad para pedir la disolución del Ejecutivo y el nombramiento de un Gobierno temporal liderado por tecnócratas.
Asimismo, a pesar de que la "marcha de un millón de hombres" no llegó a materializarse, las peticiones del clérigo de que las Fuerzas Armadas tomaran parte en la formación de un Gobierno interino provocaron que surgiesen sospechas de que Qadri actuaba bajo órdenes de los militares.
Por otro lado, el religioso sufí anunció este mes su regreso a Pakistán para dirigir una coalición opositora al primer ministro paquistaní, Nawaf Sharif. "Las Fuerzas Armadas tienen que controlar las cosas antes de que estén fuera de control", ha declarado Qadri en un canal de la televisión paquistaní este martes.
Su movimiento exige la creación de un gobierno provisional que acabe de raíz con la corrupción y la mala gestión de los asuntos públicos que han provocado problemas como los cortes intermitentes de suministro eléctrico, el exiguo crecimiento económico y el aumento de la criminalidad y la insurgencia talibán.
