Angela Merkel
SINA SCHULDT/DPA
Actualizado: viernes, 2 febrero 2018 16:30

BERLÍN, 2 Feb. (DPA/EP) -

La canciller alemana, Angela Merkel, ha advertido este viernes de que aún queda mucho trabajo por hacer para que su partido, la Unión Cristiano Demócrata (CDU), sus aliados bávaros de la CSU y el Partido Social Demócrata (SPD) superen las diferencias y cierren un acuerdo de coalición.

Todavía hay "varios puntos muy serios de discrepancia", ha admitido Merkel a su llegada para el inicio de la siguiente ronda de conversaciones con CSU y SPD, con quienes intenta reeditar a marchas forzadas la gran coalición que gobernó Alemania durante los últimos cuatro años.

"Existe buena voluntad para superar esta disensión pero todavía tenemos un inmenso trabajo por delante. Espero que salga adelante pero como dije anteriormente: los problemas todavía no se han solucionado", ha añadido.

Después de lograr acuerdos en política migratoria, donde las posiciones entre las partes eran más distantes, la puesta en marcha de un seguro médico único que termine con la diferencia actual entre seguros públicos y privados y el fin de los contratos temporales consecutivos, ambas exigencias del SPD, constituyen los principales puntos de discordia.

"No nos sentimos presionados en cuanto al tiempo. El principio que debe regir es el de la diligencia frente a la rapidez", ha defendido por su parte el líder de los socialdemócratas, Martin Schulz.

El bloque conservador liderado por Merkel y el Partido Socialdemócrata se han dado de plazo hasta el próximo domingo para pactar una alianza que reedite una coalición que garantice un Gobierno estable para los próximos cuatro años. Aún así, fuentes cercanas a los líderes de los partidos no descartan que las negociaciones se extiendan más allá y su resultado se acabe anunciando el lunes o el martes.

NEGOCIACIONES ARDUAS

Las negociaciones se perfilan arduas. La cúpula del SPD llegó debilitada al encuentro tras recibir un mandato por un margen muy estrecho en un congreso en el que quedó patente el descontento de muchos socialdemócratas ante la idea de volver a gobernar como socios menores de Merkel.

Aún en caso de que los tres partidos sellen un pacto para formar Gobierno, el acuerdo final de coalición deberá ser sometido al voto de los más de 440.000 militantes del SPD.

La constitución del nuevo gabinete se podría demorar hasta finales de marzo, es decir más de medio año después de las elecciones, un lapso sin precedentes en la historia de la república.

Alemania está dirigida por un Gobierno en funciones desde hace más de 120 días. Merkel y los conservadores ganaron las elecciones del 24 de septiembre, pero sin alcanzar la mayoría necesaria para gobernar. El SPD anunció en ese momento que se pasaría a la oposición tras recibir su peor revés electoral desde 1949.

Esto llevó a Merkel a intentar forjar sin éxito una inédita alianza con el Partido Liberal (FDP) y Los Verdes. Tras el fracaso de este primer intento, el SPD accedió al llamamiento del presidente federal alemán, Frank-Walter Steinmeier, para evitar la repetición de elecciones.

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