Un mes después del paso de 'Idai', aún queda mucho por hacer en Mozambique

África.- Save the Children alerta de que numerosos niños han quedado separados de sus familias tras el paso de 'Idai'
REUTERS / PHILIMON BULAWAYO
Publicado: lunes, 15 abril 2019 9:42

Las ONG alertan de que hacen falta más fondos para atender las enormes necesidades de los 1,8 millones de afectados

MADRID, 15 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un mes después de que el ciclón 'Idai' golpeara Mozambique y provocara el mayor desastre en décadas en el país africano, lo peor parece haber pasado pero aún hay miles de personas con problemas para acceder a asistencia, niños traumatizados por la tragedia vivida y problemas para el abastecimiento de alimentos que podrían tener graves consecuencias en un futuro si no llega la ayuda al ritmo requerido.

Unos 1,8 millones de personas necesitan asistencia, de las que en torno a un millón son niños, como consecuencia de los estragos ocasionados por el ciclón, que tocó tierra el 14 de marzo cerca de Beira, segunda ciudad del país, dejando a su paso un reguero de destrucción que por ahora ha dejado al menos 603 muertos y casi 240.000 viviendas dañadas o destruidas. Además, más de 73.000 permanecen desplazadas en los centros puestos en marcha por el Gobierno.

Sin embargo, están apareciendo ya las primeras señales de recuperación y son muchos los que ya han comenzado a regresar a sus casas, o lo que queda de ellas, e intentar rehacer sus vidas. "Aún queda una enorme cantidad de trabajo por hacer, pero algunos de los peligros inmediatos están pasando", sostiene el jefe de operaciones de emergencia de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) en Beira, Florent Del Pinto.

"Los nuevos casos de cólera están decayendo", resalta. Según los últimos datos, se han registrado cerca de 5.000 casos de cólera desde que apareció el brote, si bien durante el fin de semana, de acuerdo con la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), no se habrían detectado nuevos casos. Esto es resultado tanto de los esfuerzos en materia de agua y saneamiento de las organizaciones humanitarias como de la campaña de vacunación oral llevada a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) junto con las autoridades y otras ONG de la que se han beneficiado casi 900.000 personas.

RIESGO DE CRISIS ALIMENTARIA

"Pero no podemos permitirnos ser complacientes, este trabajo tiene que continuar", previene Del Pinto. Uno de los peligros que planea ahora sobre los afectados por el ciclón es el de una crisis alimentaria, habida cuenta de que el sur de África era ya una zona muy golpeada por la falta de alimentos y los fondos no parecen estar llegando en la cantidad que deberían hacerlo para paliar las necesidades.

El ciclón destruyó cientos de miles de hectáreas de cultivos y desplazó a cientos de miles de personas, que se han quedado sin sus medios de vida. Por ello, sostiene el director para África Central y del Sur de CARE International, Matthew Pickard, hacen falta asistencia alimentaria y actividades de recuperación temprana.

En este sentido, es fundamental conseguir "hacer llegar semillas a las familias para que puedan volver a plantar las cosechas perdidas aprovechando la humedad residual en la tierra y así cultivar lo suficiente para sobrevivir durante el año".

"Si perdemos esta ventana de oportunidad, las consecuencias para estas familias serían catastróficas", advierte Pickard, reclamando tanto a la comunidad internacional como a los donantes que "encuentren fondos adicionales rápidamente para apoyar la respuesta vital" para los damnificados por 'Idai'.

"Pese a la vasta destrucción y la enormidad de las necesidades, la respuesta humanitaria solo ha recibido el 18 por ciento de los fondos", puntualiza March Nosbach, director de CARE International en Mozambique.

COMUNIDADES SIN AYUDA

Además, un mes después de la tragedia, todavía hay comunidades a las que la ayuda no ha llegado. Oxfam realizó hace unos días una visita a comunidades aisladas en Zambezia, una provincia al norte de Beira, empleando coches, motos y canoas para llegar hasta allí. Solo en la comunidad de Gentivo, localizó a 2.000 personas necesitadas de ayuda, pero estima que habría otras 4.000 más.

"La tragedia es que Gentivo no es una anomalía", subraya la responsable de campañas humanitarias de Oxfam, Dorothy Sang. "Sabemos que hay muchas más personas por ahí sin ayuda", añade. "Estas son zonas que no fueron necesariamente las más golpeadas por el desastre, pero la gente ya vivía en la pobreza crónica y ahora se enfrentan a enormes retos para sobrevivir y corren el riesgo de ser simplemente olvidadas", lamenta.

"Ha pasado un mes y aún no estamos dando cuenta del sorprendente alcance de este desastre. Algunos lugares parecen una zona de guerra. Seguimos encontrando a supervivientes que necesitan ayuda desesperadamente", resume Sang, lamentando que "los fondos ya se están agotando" y las necesidades aún no se han cubierto. "Si no llega más fondos pronto, miles de personas podrían quedar olvidadas", previene.

LOS NIÑOS, TRAUMATIZADOS

El ciclón también ha dejado otras cicatrices invisibles que tardarán más tiempo en curarse. "Estamos extremadamente preocupados por el bienestar a largo plazo de los niños tras este devastador ciclón", reconoce Maria Waade, especialista en salud mental y apoyo psicosocial de Save the Children en Mozambique.

"Ver cómo todo lo que quieres y conoces es destruido en un abrir y cerrar de ojos es una experiencia horrible que ningún niño debería experimentar y el impacto se dejará sentir en los menores mucho tiempo después de que las aguas remitan", advierte.

"Muchos niños con los que hemos hablado han visto a sus padres o hermanos arrastrados por las aguas o han sido testigos de cómo sus casas se desmoronaban a su alrededor", subraya la experta. Por eso, sostiene, "más allá de reconstruir viviendas y medios de vida, también tenemos que enfocarnos en asegurarnos de que los niños y sus familias reciben el apoyo en salud mental que necesitan para recuperarse de estas experiencias".

"Los niños en el recorrido del ciclón han visto sus vidas destruidas, ahora se merecen seguir en el centro de mira del mundo", puntualiza Machiel Pouw, líder del equipo de respuesta de la ONG en Mozambique.

"Aunque necesitan comida y que se reconstruyan sus escuelas y sus casas, los niños y sus familias también necesitan nuestro compromiso a largo plazo para ayudarles a recuperarse de lo vivido. Tras un desastre de esta escala, el mundo no debe mirar para otra parte", defiende Pouw.

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