MÉXICO D.F, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno mexicano presentó ayer (madrugada de hoy) en España la propuesta de presupuestos para el próximo año, marcados por una subida de impuestos sobre la renta y el consumo y una austeridad con la que aspira a reducir el agujero de las arcas públicas, de 299.080 millones de pesos (unos 15.500 millones de euros).
El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, presentó ante la Cámara de Diputados la propuesta e informó de un nuevo gravamen del dos por ciento que afecta a toda mercancía durante la fase de producción. La aplicación general de este impuesto "contra la pobreza", explicó, permitirá que la reforma afecte de forma proporcional al consumo y posibilitará una serie de exenciones.
Con esta intención de proporcionalidad, el Gobierno aumentará el Impuesto sobre la Renta (ISR) para los trabajadores de mayores ingresos, en concreto del 28 al 30 por ciento.
A esta tasa se suman un aumento del 4 por ciento sobre el impuesto de las telecomunicaciones, el incremento del precio del tabaco y de las bebidas alcohólicas y la subida del 20 al 30 por ciento en el impuesto sobre juegos y sorteos, según informaron medios locales. Además, los carburantes quedarán sometidos a revisiones mensuales y sus precios dejarán de estar congelados.
Bajo la consigna de "no gastar ni un peso menos de lo que es indispensable y no destinar un peso más a lo que es prescindible", el Ejecutivo de Felipe Calderón quiere reducir el gasto público en 218.000 millones de pesos. Así, propone un déficit de 60.000 millones de pesos (unos 3.100 millones de euros).
El secretario de Hacienda anunció que el Gobierno aspira a reducir el déficit hasta los 40.000 millones de pesos en 2011, con el objetivo de llegar al equilibrio presupuestario en el ejercicio siguiente. A su juicio, "el déficit debe ser moderado y temporal de modo que sólo esté asociado a la disminución cíclica de ingresos y no lleve a una situación de deuda pública insostenible".
No en vano, México sufre la caída de las exportaciones a Estados Unidos, su principal socio comercial, el desplome de la producción petrolera, la bajada del precio del crudo en los mercados internacionales y los efectos económicos del brote de nueva gripe.
MENOS GASTO PÚBLICO
Calderón ha puestos sobre la mesa también una reducción de la composición de su Gobierno. Para dar ejemplo de la austeridad que reclama, eliminó el Ministerio de Turismo, que se fusionará con el de Economía, el de Reforma Agraria, que pasará a ser parte del de Desarrollo Social y Agricultura, y el de Función Pública, que se transformará en una contraloría general.
Además, el presidente sugirió una congelación de los sueldos de los funcionarios de la administración y destacó ante la prensa la importancia de realizar "un esfuerzo adicional para fortalecer las finanzas del Estado". "La propuesta que estoy enviando al Congreso es un ajuste drástico y sin precedentes en el ejercicio del gasto público", advirtió.
