KIEV, 6 Jun. (Reuters/EP) -
El ministro de Finanzas de Ucrania, Oleksadr Daniliuk, ha asegurado este miércoles que se le pidió que apoyara la "corrupción política" o presentara su dimisión, después de que el primer ministro, Dolodimir Groisman, haya reclamado su cese al Parlamento.
Daniliuk y Groisman han estado enfrentados desde que el primer ministro rechazara al candidato del ministro para el cargo de viceministro de Finanzas a cargo de Política Financiera, tras lo que el titular de la cartera le acusó de favorecer a personas del círculo del presidente, Petro Poroshenko.
El Parlamento votará el jueves la creación de un tribunal anticorrupción, una de las demandas del Fondo Monetario Internacional (FMI) para la aprobación de nuevos paquetes de financiación.
Sin embargo, Daniliuk, una de las figuras clave en las conversaciones, ha denunciado presiones políticas para apoyar un programa de gasto para el desarrollo de varias regiones que, según argumenta, supone "la distribución de dinero a proyectos de (...) parlamentarios".
"Esta corrupción es conocida por la gente como 'alforfón'", ha manifestado en su comunicado. Esta práctica hace referencia al soborno de votantes con comida u otros medios durante una campaña electoral. Ucrania celebra elecciones presidenciales y parlamentarias en 2019.
Asimismo, Daniliuk ha acusado a Groisman de bloquear sus intentos de reformar el sistema de impuestos en el país.
En respuesta, el primer ministro ha dicho que las acciones del titular de la cartera de Finanzas podrían haber dañado las negociaciones de Kiev con la Unión Europea (UE), de la que el país espera más ayuda económica.
"La difusión de información distorsionada entre nuestros socios internacionales en la víspera de unas importantes negociaciones con la UE podría poner en peligro sus resultados", ha dicho en un mensaje publicado en su cuenta en la red social Facebook.
Ucrania debe devolver 15.000 millones de dólares (cerca de 12.740 millones de euros) en deuda antes de que termine el año 2020, según el Banco Central, y podría hacer frente a problemas para mantener su déficit presupuestario por debajo del objetivo del 2,5 por ciento planteado por el FMI.
