ÁMSTERDAM, 11 Feb. (Reuters/EP) -
El ministro del Interior de Países Bajos, Ronald Plasterk, se enfrenta a numerosas presiones y peticiones de dimisión a raíz de haber acusado erróneamente a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense de interceptar 1,8 millones de líneas telefónicas holandesas, en vez de informar de que el responsable había sido la Inteligencia nacional.
La posible salida del Gobierno de Plasterk supondría un duro revés para el Ejecutivo de coalición liderado por el primer ministro, Mark Rutte, que ha sufrido un descenso de popularidad y que hace dos semanas tuvo que hacer frente a la dimisión del viceministro de Finanzas, Frans Weekers, por un escándalo de corrupción.
Plasterck ha reconocido en una carta al Parlamento que sabía desde hace más de dos meses que la información que había dado sobre la NSA era errónea, justificándose en que estaba intentando confirmar las informaciones publicadas en distintos medios alemanes y franceses que acusaron a la agencia estadounidenses de interceptar 1,8 millones de líneas telefónicas holandesas.
Varios partidos opositores han solicitado la dimisión del ministro, que es un destacado miembro del gobernante Partido Laborista, que comparte el poder con el Partido Liberal. Plasterck tiene previsto defender su actuación en este caso en una sesión parlamentaria, en la que podría enfrentarse a una moción de censura.
