LONDRES, 27 Abr. (Reuters/EP) -
El Gobierno británico dará un paso más en su campaña en contra de la independencia de Escocia, por lo que enviará al ministro del Tesoro, Danny Alexander, a Edinburgo la semana que viene con el objetivo de desmantelar los "mitos" que defienden los partidarios de la secesión en el marco del referéndum que se celebrará el próximo mes de septiembre.
Danny Alexander tiene previsto tildar de "demasiado optimistas" las pretensiones del Gobierno escocés sobre los ingresos petroleros, además de acusarle de no haber estudiado de forma adecuada el impacto que tendría la independencia para la economía del territorio y como consecuencia, para la población de mayor edad.
Alexander, de origen escocés, acusará al ministro principal escocés, Alex Salmond, de no dar la información necesaria sobre los costes que conllevará la independencia para el petróleo y las pensiones, según un comunicado emitido por el Tesoro británico, en el que se han dado las líneas generales de su intervención en Escocia.
"Esta semana me enfrentaré a algunos de los mitos de la independencia. La gente necesita saber hechos", afirmará Alexander en su discurso en territorio escocés. Los partidarios de la independencia defienden que la escisión de Reino Unido daría a Escocia libertad para crear una nación más equitativa y próspera.
El comunicado del Tesoro ha explicado que sus trabajadores han estudiado y analizado durante meses el posible impacto de la independencia de Escocia y ha anunciado que publicará los resultados de su estudio durante las próximas semanas.
"El análisis expondrá de forma más detallada que nunca el impacto de tener que absorber un aumento de los gastos y una disminución de los impuestos derivados de declinar los ingresos petroleros, una población envejecida, loas promesas políticas y los costes de la instauración de una independencia en un presupuesto mucho más reducido", ha precisado.
Las últimas encuestas apuntan hacia un aumento del voto a favor de la independencia, aunque por el momento un gran número de escoceses continúan indecisos.
