LUXEMBURGO, 16 Jun. (Reuters/EP) -
Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE vuelven hoy al trabajo después del "no" de Irlanda al Tratado de Lisboa, de reforma del bloque, entre las dudas sobre si las medidas propuestas llegarán a entrar en vigor algún día.
Los ministros tienen previsto discutir los crecientes lazos con Israel, escuchar un informe sobre el manejo diplomático del asunto del programa nuclear iraní y revisar una problemática misión policial en Kosovo, aunque es previsible que el resultado de la votación en Irlanda sea el tema del día.
Los líderes de la UE querrán escuchar al primer ministro irlandés, Brian Cowen, que comparecerá en una cumbre en Bruselas al final de esta semana, si ve alguna esperanza de imponerse en un nuevo referéndum. Esto se debe a que los 26 compañeros de Dublín en el bloque no aceptan el "no" como respuesta.
Todos los países miembro han acordado presionar a Irlanda con una ratificación parlamentaria del Tratado de Lisboa, diseñado para otorgar a la UE un liderazgo mayor que el actual, una política exterior y de defensa más efectiva y un sistema de toma de decisiones más democrático. Las esperanzas de los representantes de la UE radican en que todos los países apoyen el acuerdo antes de diciembre para así convencer a los irlandeses con contraprestaciones como conservar un miembro de la Comisión Europea para cada país miembro o retener el veto nacional sobre la legislación de impuestos de manera indefinida.
Cowen cree que el resto de países miembro "deben ayudar y tratar de suministrar alguna solución, así como sugerir que no es sólo problema de Irlanda".
Sin embargo, un importante representante del bloque explicó que si Cowen dice que no podrá imponerse en un nuevo referéndum, la alternativa podría ser introducir reformas para limitar la próxima integración de un país en la UE, que previsiblemente será Croacia en 2010 ó 2011. Esto podría significar una modificación del sistema de votación de la distribución de los escaños en el Parlamento Europeo y la política exterior, aunque no incluirá de ninguna manera una reforma completa de lo rechazado este fin de semana en Irlanda.
