WASHINGTON, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
El gobernador de Misuri, Jay Nixon, ha ordenado este lunes desplegar a la Guardia Nacional ante la posibilidad de que surjan nuevas protestas de cara a la primera decisión judicial sobre la muerte del joven afroamericano Michael Brown a manos de un policía blanco en la localidad de Ferguson.
"Declaro el estado de emergencia en Misuri", ha dicho Nixon en una orden ejecutiva en la que urje a todas las fuerzas locales y estatales a actuar con la Guardia Nacional "bajo un Mando Unificado para proteger los derechos civiles y garantizar la seguridad pública en la ciudad de Ferguson y la región de Saint Louis".
Nixon ha justificado su decisión augurando que "podría desatarse un nuevo periodo de disturbios después de la decisión del gran jurado sobre la muerte de Brown". Esta previsto que el tribunal decida esta semana si finalmente presenta cargos contra el agente de Policía Darren Wilson, acusado de disparar al joven.
A lo largo del fin de semana ya se han concentrado los primeros manifestantes en torno a la sede del tribunal y varias decenas se han concentrado en los alrededores del órgano jurisdiccional este lunes. "Queremos una imputación", gritaban.
"Todos los habitantes de Saint Louis merecen sentirse seguros en sus comunidades y hacer que sus voces se escuchen sin miedo a la violencia o a la intimidación", ha argumentado Nixon, asegurando que el derecho de manifestación estará garantizado.
El estado de emergencia en Misuri estará vigente durante los próximos 30 días, tras los cuales se derogará automáticamente, a no ser que Nixon ordene una prórroga.
CASO BROWN
Brown, de 18 años de edad, murió el pasado 9 de agosto al recibir varios disparos de Wilson. Según varios testigos, el joven estaba desarmado, mientras que las autoridades locales sostienen que intentó agredir al policía y que éste se defendió.
La tardanza de las autoridades en revelar los detalles del suceso y, sobre todo, en dar a conocer la identidad de Wilson, dieron lugar a una ola de protestas que rápidamente derivó en disturbios que obligaron a un despliegue de la Guardia Nacional.
El caso de Brown, junto al de Trayvon Martin, otro joven afroamericano abatido a tiros por un vigilante de barrio en Florida, han servido para reavivar el debate racial en Estados Unidos.
