MADRID, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
El cierre del centro de detención de Karareem en la ciudad libia de Misrata y el consecuente traslado de sus internos a otras dos instalaciones ha dejado a los migrantes y refugiados afectados "en peores condiciones", en la medida en que se trata de complejos cuyas condiciones "son extremadamente malas", según Médicos Sin Fronteras (MSF).
El coordinador de la ONG en el país magrebí, Sacha Petiot, ha advertido en un comunicado de que "cerrar un centro de detención sería un paso positivo si se tradujera en libertad de circulación, protección y asistencia para los refugiados y migrantes".
Sin embargo, en este caso, "estas personas son trasladadas de un centro de detención a otro, viendo cómo sus condiciones van de mal en peor y están atrapadas en un ciclo interminable de desesperación y violencia". "Como mínimo, deberían haber sido liberadas y atendidas en un entorno más seguro", ha señalado.
Las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos han denunciado en reiteradas ocasiones las condiciones en que se encuentran hombres, mujeres y niños detenidos "arbitrariamente" durante meses o incluso años en centros de Libia, en muchos casos sin apenas comida o agua y sometidos a situaciones de tortura.
MSF ha insistido en que "no hay lugares seguros en Libia donde refugiados y migrantes puedan encontrar protección y asistencia". El único centro del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) está saturado y ya ha dejado claro que no puede acoger a más personas.
Por este motivo, Petiot ha pedido "más evacuaciones de emergencia fuera de Libia", así como una alternativa "urgente" a la detención, por ejemplo estableciendo refugios para proporcionar protección inmediata y temporal en el propio país.
"Mientras esto no suceda, los refugiados y migrantes más vulnerables son condenados a una detención sin fin y expuestos a grandes amenazas y sufrimientos", ha agregado.
