Actualizado: jueves, 2 septiembre 2010 4:56


WASHINGTON, 2 Sep. (Reuters/EP) -

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, expresaron en la noche de este miércoles su disposición a alcanzar la paz en el marco de las negociaciones directas que se reanudarán hoy jueves en Washington tras 20 meses de interrupción.

Ambos dirigentes hablaron momentos antes de sentarse a la mesa en una cena organizada por la Casa Blanca y a la que también asistieron el presidente de Estados Unidos, Barack Obama; el rey Abdalá de Jordania y el presidente egipcio, Hosni Mubarack.

En un tono conciliador Netanyahu se dirigió a Abbas como su "socio de paz", se comprometió a trabajar para poner fin "de una vez por todas" al conflicto de Oriente Próximo y afirmó que su Gobierno no dejará que ningún grupo terrorista bloquee el proceso de diálogo.

No obstante, el primer ministro israelí reiteró que cualquier acuerdo de paz debe incluir las garantías necesarias para la seguridad del Estado de Israel. Por ello, dijo, el posible pacto debe establecer la desmilitarización del futuro estado palestino, con el objetivo de que no se convierta en "un enclave terrorista financiado por Irán.

Abbas, por su parte, afirmó que la consecución de un acuerdo de paz podría producirse en un plazo de un año pero insistió en que Israel debe congelar la construcción de asentamientos judíos y poner fin a la ocupación de Cisjordania.

Asimismo, el líder palestino condenó el atentado reivindicado por Hamás que causó la muerte de cuatro colonos hebreos en Hebrón el miércoles.

También antes de la cena celebrada en la Casa Blanca, y desde el mismo atril, Obama se mostró "cauteloso, extremadamente cauteloso" ante la posibilidad de que la reanudación de las negociaciones directas pueda permitir la consecución de una solución de dos estados que ponga fin al conflicto de Oriente Próximo, informó CNN.

Horas antes, y tras reunirse por separado con Abbas y Netanyahu, el mandatario estadounidense señaló que la vuelta al diálogo directo entre israelíes y palestinos supone una "oportunidad" que podría no repetirse en mucho tiempo y que ninguna de las partes debe dejar pasar.

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