LAGOS, 27 Dic. (EP/AP) -
Un responsable nigeriano de Cruz Roja, Ige Oladimeji, elevó hoy a 265 el número de fallecidos en la explosión de ayer en un oleoducto de Lagos (Nigeria) que fue perforado para robar combustible. Mientras, continúan las labores de desescombro y siguen apareciendo restos humanos en la zona del siniestro, arrasada por las llamas.
Los trabajadores humanitarios atienden ahora a los heridos y ayudan a los familiares de las víctimas a buscar entre los supervivientes para averiguar si se encuentran entre los heridos en el barrio de Abule Egba.
Cruz Roja informó de al menos 60 supervivientes, pero el número de heridos es probablemente mucho mayor. Además, una mujer aseguró desde el anonimato que muchos de los supervivientes no acuden a los servicios sanitarios por el temor a ser detenidos por robo de combustible.
La mayor parte de las víctimas fue enterrada en una fosa común para prevenir los posibles brotes de cólera que azotan con frecuencia los suburbios de Lagos. Sacerdotes e imanes fueron invitados a rezar por los muertos, pero ningún familiar de los fallecidos recibió permiso para acudir a la ceremonia fúnebre.
Algunos habitantes locales aseguran que una banda local de delincuentes profesionales había estado robando combustible de ese oleoducto durante meses y que utilizaban incluso camiones cisterna para su transporte. Testigos presenciales aseguran que dos camiones cisterna fueron vistos en el lugar de la explosión horas antes del incidente. Sin embargo, aún se desconocen las causas del incendio.
El máximo dirigente de la Policía nigeriana, Sunday Ehindero, reveló hoy que está previsto que se cree una agencia interministerial que persiga los delitos contra los oleoductos y el mercado negro.
Este mismo año otras 150 personas murieron en un incidente similar. En 1998 otro incendio parecido se cobró la vida de 1.500 nigerianos.
