Los nuevos contactos entre Solana y Jalili sobre el programa nuclear iraní siguen sin dar frutos significativos

Actualizado: lunes, 4 agosto 2008 21:02


MADRID, 4 Ago. (EUROPA PRESS) -

El representante del Grupo 5+1, Javier Solana, habló hoy de nuevo con el negociador nuclear iraní, Saeed Jalili, para intentar conseguir que Teherán acepte el paquete de incentivos propuesto por las potencias mundiales a cambio de la paralización del programa iraní de enriquecimiento de uranio. Sin embargo, la propia oficina de Solana reconoce que la conversación "no ha sido concluyente". Mientras los responsables militares iraníes no dudan en alardear de que podrían cerrar el Estrecho de Ormuz "fácilmente y de forma ilimitada" en el caso de ser atacado.

"La conversación telefónica no ha sido concluyente. No excluimos más contactos en los próximos días", indicó un portavoz de Solana en declaraciones a Europa Press. La radio estatal iraní indicó, por su parte, que tanto Solana como Jalili "insistieron en seguir por el camino de las negociaciones de Ginebra. La conservación de este curso requiere de un ambiente constructivo y positivo". La radio informó además de que ambos tienen previsto volver a contactar en los próximos días.

Jalili insistió pues en la decisión ya declarada el pasado sábado por el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, de rechazar los plazos concretos en el marco de las negociaciones y del paquete de incentivos ofertado por el Grupo 5+1, formado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania a cambio de la detención inmediata del programa de enriquecimiento de uranio. En un principio el Grupo 5+1 dio a Teherán un plazo informal de dos semanas a partir del 19 de julio, fecha de la reunión de Ginebra, para que acepte o rechace el plan.

Ya antes de la conversación telefónica del Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana, con el mediador iraní, Saeed Jalili, fuentes iraníes descartaron que fuera abordarse en la misma una eventual suspensión del programa iraní de enriquecimiento de uranio.

AMENAZA DE SANCIONES

Mientras, desde Washington se insiste en que Irán deberá responder al paquete de incentivos antes de que finalice el martes, la misma fecha que, según Estados Unidos, ha fijado la propia República Islámica. Si esta respuesta no es "positiva", Estados Unidos aboga por la aprobación de más sanciones contra Teherán, según explicó un portavoz del Departamento de Estado, Gonzalo Gallegos.

"Coincidimos en que si no hay una respuesta clara y positiva de Irán no tendremos más opción que gestionar más medidas contra Irán en el marco de esta estrategia", dijo en declaraciones recogidas por Reuters.

Reino Unido no ha tardado en secundar estas amenazas. "A menos que la respuesta de mañana sea inequívoca y positiva no tendremos más opción que proceder con más medidas de sanción", afirmó un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores británico.

Desde 2006, el Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado un total de tres paquetes de sanciones contra Irán por su negativa a suspender el programa de enriquecimiento de uranio. Rusia, país que evitó que el plazo de dos semanas fuera oficial, y China son los más reacios a la aprobación de sanciones contra Irán, pero finalmente aceptaron votar a favor de estas tres resoluciones sancionadoras.

La suspensión del programa de enriquecimiento es la condición previa impuesta antes de la apertura de cualquier negociación formal sobre el programa nuclear iraní y los posibles incentivos que podrían ofertar las potencias mundiales.

Estados Unidos y sus aliados temen que Irán pretenda construir armamento nuclear, aspiración que Teherán niega. La República Islámica asegura que su programa tiene únicamente fines pacíficos para la generación de energía eléctrica.

"El enriquecimiento de uranio es un derecho inalienable. En lo que respecta a nuestros derechos inalienables, seguiremos adelante", afirmó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Hassan Qashqavi en rueda de prensa.

CONTROL DE ORMUZ

El programa nuclear iraní afronta, mientras, el más incierto peligro de un ataque militar de Estados Unidos o de Israel. Esta posible ofensiva no ha sido descartada ni siquiera por los propios iraníes, que amenazan con represalias sobre el golfo Pérsico en caso de ser atacados. El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, Mohammad Ali Jafari, advirtió hoy de que Irán tiene "la posibilidad de cerrar el Estrecho de Ormuz fácilmente y de forma ilimitada" en caso de ser atacado.

"Dada la proximidad del Estrecho de Ormuz (...) respecto a nuestras costas, esta distancia se encuentra dentro del alcance de una variedad de armas y su cierre es muy viable para nosotros y no tenemos limitaciones desde el punto de vista temporal", dijo Jafari en declaraciones realizadas en una rueda de prensa y recogidas por la radio estatal iraní y citadas por Reuters.

Además, Ali Jafari, anunció también hoy que la Guardia Revolucionaria ha probado un arma naval capaz de destruir cualquier barco situado hasta a 300 kilómetros a la redonda, según informaron los medios de comunicación iraníes.

"La Guardia Revolucionaria ha probado recientemente un arma naval con un alcance de 300 kilómetros con el que ningún barco estaría seguro y que será enviada a las profundidades", dijo Ali Jafari, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Fars. Sin dar más detalles, Jafari tan sólo precisó que este arma es de construcción iraní.

El Ejército de Estados Unidos tiene presencia en varios países del Golfo Pérsico, entre ellos Bahréin, donde se encuentra la base de la Quinta Flota de la Marina de este país. Además, se calcula que el transporte de petróleo por el Estrecho de Ormuz, que recorre el litoral iraní en la entrada al Golfo Pérsico, constituye un 40 por ciento del comercio mundial de crudo transportado por mar, la mayoría del cual se dirige a Asia, Estados Unidos y Europa occidental.