El número de niños que no va a la escuela en Afganistán aumenta por primera vez desde 2002

Niñas estudian en una escuela en una tienda de campaña en Afganistán
UNICEF/FRICKER   
Actualizado: domingo, 3 junio 2018 8:59

El problema afecta en particular a las niñas, llegando en algunas provincias al 85% las que no van a clase

MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

La cifra de niños que no van a la escuela en Afganistán ha aumentado por primera vez desde el año 2002, cuando la caída del régimen de los talibán un año antes permitió iniciar un proceso de vuelta de los niños a clase, especialmente las niñas, a las que se les había negado en gran medida hasta entonces ese derecho.

Este es el triste dato que revela el estudio 'Iniciativa sobre niños fuera de la escuela: Afganistán' publicado por el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), según el cual en la actualidad casi la mitad de los niños de entre 7 y 17 años del país, es decir 3,7 millones, no van a la escuela.

El conflicto y el deterioro de la seguridad en todo el país, junto con la pobreza arraigada y la tradicional discriminación contra las niñas han motivado la situación actual. Del total de menores no escolarizados, el 60 por ciento son niñas, mientras que en las provincias más afectadas, como Kandahar, Helmand, Wardak, Paktika, Zabul y Uruzgán, hasta el 85 por ciento de las niñas no van a la escuela.

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El desplazamiento y el matrimonio infantil también hacen que disminuyan las posibilidades de las niñas de ir a clase, mientras que el estudio identifica igualmente la escasez de maestras, las instalaciones escolares deficientes y la inseguridad que afecta la educación en áreas afectadas por conflictos como otros de los factores que afectan el nivel de escolarización.

"Mirar para otro lado no es una opción para Afganistán si queremos cumplir con el derecho a la educación de todos los niños", ha reclamado la representante de UNICEF en Afganistán, Adele Khodr. "Cuando los niños no están en la escuela, están en mayor riesgo de abuso, explotación y reclutamiento", ha advertido.

No obstante, aunque UNICEF reconoce que los datos son preocupantes, sostiene que también hay progreso y esperanza, como el que las tasas de deserción escolar son bajas. Así, el 85 por ciento de los menores que comienzan la escuela primaria terminan el último grado, mientras que el 94 por ciento de los niños y el 90 por ciento de las niñas que comienzan la secundaria inferior también completan el ciclo.

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Pero el principal desafío es que primero vayan a la escuela, subraya UNICEF. En todo caso, ha recordado Khodr, "el acceso de las niñas y niños a la escuela es mucho más que estar en clase". "Se trata de proporcionarles una rutina y estabilidad para su vida, lo que, dada la inseguridad en distintas partes del país, es una inversión inteligente", ha defendido.

La 'Encuesta de Condiciones de Vida de Afganistán, 2016-17', publicada el pasado mayo, también destaca las mejoras significativas en las tasas de alfabetización de adultos y jóvenes en las últimas dos décadas, señala UNICEF, resaltando que la tasa de alfabetización de los jóvenes de 15 a 24 años ha aumentado del 31 por ciento en 2005 al 54 por ciento en 2017.

La responsable de UNICEF ha felicitado al Gobierno de Ashraf Ghani "por priorizar y declarar el año 2018 como el año de la educación" y le ha pedido "un compromiso renovado para proporcionar a las niñas y niños las oportunidades de aprendizaje necesarias para progresar en la vida y desempeñar un papel positivo en la sociedad".

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El estudio de la agencia de la ONU exige un compromiso y una acción constantes del Gobierno y la sociedad civil para abordar el problema de los niños que no asisten a la escuela. Además de proteger a los niños y las escuelas de daños, el documento insta a centrarse en las provincias donde las tasas de absentismo de las niñas son más elevadas, trabajando con líderes religiosos entre otros para abogar por una mayor educación.

Asimismo, UNICEF apuesta por que las instalaciones de aprendizaje de las niñas cumplan con los estándares básicos de seguridad y salud, incluyendo baños, instalaciones para el lavado de manos y agua potable, así como reclutar y desarrollar la capacidad de las maestras, y abordar el problema del matrimonio infantil.

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