MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
Hasta 4,8 millones de personas se enfrentarán a problemas para poder garantizar su alimentación en el periodo de carestía del próximo verano en el Sahel central, el doble de los afectados por inseguridad alimentaria en 2019, según los últimos datos publicados por el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Así, entre junio y agosto se estima que habrá 1,8 millones de personas en inseguridad alimentaria en Burkina Faso, 1,1 millones en Malí y otros 1,9 millones en Níger, una cifra que contrasta con los 2,4 millones de personas en esta situación en 2019 en ese mismo periodo.
El último análisis de seguridad alimentaria y nutricional realizado en noviembre detectó que casi 3,3 millones de personas se encontraban en inseguridad alimentaria tras la recolección de las cosechas, una cifra que duplica la registrada un año antes y que pone de relieve un deterioro, habida cuenta de que en general suele haber una mejoría en ese momento del año.
En los últimos meses, se han incrementado los ataques de grupos islamistas en los tres países por lo que, subraya el PMA en su último informe de situación, "la situación de seguridad es altamente volátil, especialmente en las zonas fronterizas, y se espera que se deteriore en 2020".
Como resultado del incremento de los ataques, el número de desplazados también está en aumento en la región, hasta aproximarse al millón. En Burkina Faso, el número de desplazados se ha multiplicado por 20, pasando de los 47.000 que había a finales de 2018 a los 560.000 de finales de 2019, mientras que en Malí hay más de 200.000 y en Níger más de 188.000.
