WASHINGTON, 17 Feb. (Reuters/EP) -
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, propuso este lunes al diplomático Robert Ford como nuevo embajador norteamericano en Siria, según anunció la Casa Blanca, que pone fin así a cinco años de ruptura de relaciones entre Washington y Damasco.
La Casa Blanca confirmó este martes la designación de un nuevo embajador norteamericano para Siria, con la intención de "mejorar las relaciones" entre dos países sin contacto desde hace cinco años.
Obama propuso al diplomático Robert Ford para ocupar la legación estadounidense en Damasco. A la espera de que el Senado ratifique esta nominación, "su designación representa el compromiso del presidente Obama (...) para mejorar la comunicación con el Gobierno y el pueblo sirios", explicó la Casa Blanca en un comunicado.
La presencia de Ford representa, a juicio de Washington, un deseo por "mejorar las relaciones" y trabajar en "áreas de preocupación creciente". El diplomático, que actualmente ejercía como 'número dos' de la Embajada norteamericana en Bagdad, tiene experiencia también en las representaciones de Estados Unidos en Argelia y Báhrein.
Estados Unidos llamó a consultas a su representante diplomático en Siria en 2005, tras el asesinato en Beirut del ex primer ministro libanés Rafik al Hariri, pero el pasado 3 de febrero, el Departamento de Estado confirmó que Washington había trasladado a Damasco el nombre del posible candidato a encabezar la legación norteamericana.
Líbano acusó a Siria de estar detrás del atentado que se llevó la vida de Hariri, algo que los dirigentes sirios siempre han negado a pesar de que una investigación de Naciones Unidas concluyó que Damasco había estado implicada en el incidente.
Pese a que las relaciones entre Washington y Damasco han mejorado desde la llegada de Obama a la Casa Blanca, el presidente estadounidense renovó las sanciones contra Siria en mayo del año pasado aludiendo a su apoyo al terrorismo, su carrera armamentística o su papel en la desestabilización de Irak. Precisamente algunos analistas ven en la restauración de la Embajada un intento por sumar a Siria a la reconstrucción iraquí y alejarle de la influencia de Irán.
