Olmert hace un último intento desesperado por lograr la liberación de Shalit antes de dejar el cargo

Actualizado: lunes, 16 marzo 2009 11:34


JERUSALÉN, 16 Mar. (Reuters/EP) -

El primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, ha hecho un último intento desesperado por conseguir la liberación del soldado Gilad Shalit, secuestrado en Gaza desde junio de 2006, antes de abandonar el cargo, por lo que ha dado más tiempo a sus enviados especiales para que lleguen a un acuerdo con Hamás a través de la mediación egipcia.

Olmert ha hecho de la liberación de Shalit una condición previa a la tregua con el movimiento islamista Hamás y a la reapertura de los pasos fronterizos, que facilitaría la reconstrucción de Gaza tras la ofensiva militar israelí.

Los dos enviados israelíes en las negociaciones de El Cairo estuvieron ayer hablando de un intercambio de prisioneros, condición exigida por Hamás, y Olmert había programado para hoy una reunión del gabinete ministerial para explicar su misión y sopesar el posible acuerdo.

Pero el secretario del gabinete, Oved Yehezkel, indicó que la sesión se ha aplazado hasta mañana, martes, para dar a los dos enviados del primer ministro, Yuval Diskin, director del servicio de seguridad interna Shin Bet, y el jefe negociador Ofer Dekel, más tiempo para que intenten sellar un acuerdo.

Precisamente para impulsar las negociaciones, el jefe del ala militar de Hamás, Ahmed Jabri, llegó hace cuatro días a la capital egipcia. La importancia que el movimiento islamista da a este acuerdo se ve en el hecho de que Jabri no había salido nunca antes de los territorios palestinos.

Según informa hoy el diario árabe 'Al Hayat', Jabri habría sido el presunto responsable de la seguridad de Shalit durante el secuestro. Al parecer, Israel estaría dispuesto a liberar a 300 presos palestinos de los 450 que Hamás incluyó en la lista, pero se muestra reticente con los otros 150, que tendrían delitos de sangre y no sólo cargos por colaboración.

El Gobierno israelí ha advertido a Hamás en varias ocasiones que debería aprovechar el momento y firmar un acuerdo, ya que casi con toda seguridad la próxima Administración esté liderada por los partidos de derechas, por lo que le resultaría mucho más complicado alcanzar un entendimiento.