MADRID, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
La campaña de bombardeos de las fuerzas leales a Bashar al Assad contra el suburbio damasceno de Ghuta Oriental ha alcanzado un nuevo máximo esta semana, la más sangrienta desde que comenzó, con más de 200 muertos, lo que ha hecho que Naciones Unidas y al Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) den la voz de alarma.
"Estamos profundamente preocupados por la continua e intensa lucha en Ghuta Oriental y su impacto sobre los cerca de 400.0000 civiles que viven en este enclave sirio", ha dicho la oficina del secretario general de la ONU, António Guterres, en un comunicado.
El portavoz de Guterres, Stephane Dujarric, ha indicado que solo en las últimas 48 horas los ataques aéreos y de artillería han provocado decenas de muertos y heridos, así como daños a infraestructuras civiles, particularmente en las ciudades de Duma, Saea, Hamourieh y Kafr Batna.
"Estamos consternados, alarmados y devastados por las informaciones que hablan de cientos de civiles muertos y heridos en los últimos días en Ghuta Oriental", ha dicho, por su parte, el director regional del Comité Internacional de Cruz Roja (CICR), Robert Mardini.
El CICR en Siria ha recordado que entre los supervivientes hay miles de personas que ahora tratan de aguantar "sin ayuda o sin un lugar seguro apartado de la línea de fuego". "Esto no puede continuar. Los civiles no pueden pagar el precio de la guerra", ha reivindicado.
De acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres pero una amplia red de informantes sobre el terreno, al menos 229 personas han muerto en Ghuta Oriental durante esta semana. Su director, Rami Abdulrahman, ha precisado en declaraciones a Reuters que las víctimas incluyen 58 niños y 43 mujeres.
Ghuta Oriental es una de las pocas zonas que quedan en manos de los grupos que luchan contra Al Assad. Su cercanía a Damasco, bastión del Gobierno, le convierte en una amenaza para el régimen sirio, por lo que las tropas gubernamentales han decidido reconquistarlo.
TURQUÍA EN AFRIN
Naciones Unidas también ha llamado la atención sobre la campaña militar lanzada por Turquía sobre la región de Afrin, en el norte de Siria, para expulsar de la frontera a los grupos terroristas, entre los que cuenta a las milicias kurdas apoyadas por Estados Unidos, que han sido fundamentales para derrotar a Estado Islámico.
Dujarric ha indicado que desde el pasado 20 de enero, cuando comenzó la 'Operación Rama de Olivo', "decenas de miles de personas han sido desplazadas de Afrin". Muchos están en colegios, mezquitas y otros edificios públicos. "Sus principales necesidades son comida, medicinas y enseres de invierno", ha apuntado.
