La ONU condena el "horrible ataque" contra una escuela en una de las regiones de mayoría anglófona de Camerún

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres - Mark Garten/United Nations/dpa
Actualizado: lunes, 26 octubre 2020 18:34

MADRID, 26 (EUROPA PRESS)

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha condenado el "horrible ataque" ejecutado el sábado contra una escuela en la localidad camerunesa de Kumba, situada en una de las dos regiones de mayoría anglófona del país, que dejó al menos ocho niños muertos y varios heridos.

"El ataque es otro alarmante recordatorio de la rigurosa carga sobre los civiles, incluidos niños, muchos de los cuales se han visto privados de su derecho a la educación", ha dicho Guterres, quien ha recordado que "los ataques contra las instalaciones educativas son una grave violación de los derechos de los niños".

Así, ha pedido a las autoridades camerunesas "que lleven a cabo una investigación exhaustiva para garantizar que los responsables rindan cuentas" y ha solicitado a los "actores armados" que "eviten ataques contra civiles y respeten el Derecho Humanitario".

Guterres ha reclamado además a las partes que den respuesta a su llamamiento a un alto el fuego global a causa de la pandemia de coronavirus y ha reiterado "la disponibilidad de la ONU para apoyar un proceso de diálogo inclusivo que lleve a la resolución de la crisis" en las zonas anglófonas de Camerún.

A las condenas se ha sumado la directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Henrietta Fore, quien se ha mostrado "indignada" por este "acto abominable". "Los ataques contra la educación son una grave violación de los derechos de los niños. Las escuelas deben ser lugares de seguridad y aprendizaje, no trampas mortales", ha defendido.

El coordinador humanitario de la ONU en Camerún, Matthias Naab, ha condenado igualmente lo sucedido y ha incidido en que "los niños tienen derecho a la educación" y en que "la violencia contra escuelas y estudiantes inocentes no es aceptable bajo ninguna circunstancia y puede constituir un crimen contra la Humanidad".

Por su parte, Tity Agbahey, de la organización no gubernamental Amnistía Internacional, ha subrayado que "el asesinato de ocho alumnos dentro de su clase es una atrocidad que subraya la urgencia de proteger a las personas de la violencia en marcha en las regiones anglófonas de Camerún".

"Este horrible ataque muestra cuánto se está deteriorando la situación y pedimos a las autoridades de Camerún que adopten inmediatamente todas las medidas posibles para proteger a la población", ha señalado, antes de resaltar que "durante el último año ha habido un repunte de los ataques en las regiones anglófonas, con muchos muertos, secuestrados o heridos".

"SEÑAL FIRME Y CLARA"

Agbahey ha incidido en que "las autoridades camerunesas deben enviar una señal firme y clara de que estos crímenes atroces no serán tolerados investigando inmediatamente estos asesinatos. Los responsables deben ser identificados, arrestados, imputados y juzgados en un juicio justo", ha argüido.

Por último, ha reclamado a las autoridades del país africano que "garanticen en todo momento y todos los lugares el libre ejercicio del derecho a la educación, que está amenazado".

El ataque fue ejecutado contra la escuela privada de la Academia Internacional Bilingüe de Madre Francisca, en la ciudad de Kumba, región Suroeste, en lo que la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha descrito como "la peor atrocidad" ocurrida en el país desde la reapertura del año escolar.

Lo que en 2016 empezaron siendo protestas pacíficas de los habitantes de las regiones Noroeste y Suroeste, otrora colonias británicas pero que decidieron unirse al Camerún francés, por su supuesta marginación por parte del Gobierno central, derivó en una dura represión a raíz de la autoproclamación de la independencia de Ambazonia el 1 de octubre de 2017.

Desde entonces, los grupos armados han proliferado y el apoyo a los separatistas, hasta entonces bastante marginal, se ha visto acrecentado. El Gobierno ha respondido mediante una dura represión, durante la que las organizaciones de Derechos Humanos, han acusado a las fuerzas de seguridad de cometer atrocidades.

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