MADRID, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU ha expresado este jueves su preocupación por los supuestos "campos de reeducación" establecidos en China para comunidades como la uigur, en la medida en que quienes allí se encuentran pueden permanecer "durante largos periodos" incomunicados y sin cargos, "bajo el pretexto de combatir el terrorismo y el extremismo religioso".
El Comité ha publicado un informe en el que lamenta la opacidad sobre estos enclaves de la región de Xinjiang, en la medida de que ni siquiera se sabe cuántas personas pueden estar internados en ellos. Las "estimaciones" van desde "decenas de miles a un millón" de personas, según el documento.
Tampoco están claros los criterios que esgrimen las autoridades para perseguir a los uigures y a otras minorías, si bien habría personas internadas en los "campos de reeducación" incluso "por expresiones no amenazantes de la cultura y la etnia musulmana como saludos", reza el informe difundido por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
Además, hay "informaciones de una vigilancia masiva que, de forma desproporcionada, afecta a los uigures", lo que se traduce en interceptaciones frecuentes e injustificadas por parte de la Policía o el registro de teléfonos móviles en comisaría. También se habrían dado casos de recogida "obligatoria" de datos biométricos --incluyendo muestras de ADN--, de "grandes grupos de residentes uigures".
El Comité ha incluido en la lista de abusos retrasos en la concesión de permisos de viajes, que "pueden tardar años en llegar", y repatriaciones "contra su voluntad" de uigures que habían abandonado China. "Existen temores por la situación actual de quienes han retornado de forma no voluntaria a China", han advertido los expertos.
El Gobierno chino siempre ha negado las acusaciones de abusos contra la población uigur en Xinjiang y ha atribuido a la propaganda contra el régimen las críticas que han ido saliendo periódicamente a la luz en estos últimos años. Pekín ha esgrimido también las supuestas amenazas de islamistas y separatistas en Xinjiang para justificar sus medidas.
