Gobierno y rebeldes atacan regularmente a las organizaciones de ayuda para obtener ventaja táctica
MOGADISCIO, 14 Ago. (Reuters/EP) -
El presidente sursudanés, Salva Kiir, y el jefe rebelde, Riek Machar, han mostrado poco interés en llegar a un acuerdo que ponga fin a meses de enfrentamientos que han llevado a la nación al borde de la hambruna, según han informado este jueves los enviados de Naciones Unidas en su visita a África Oriental.
La embajadora de Estados Unidos en Naciones Unidas, Samantha Power, y los demás enviados del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas han viajado esta semana a Sudán del Sur y han conversado con ambos líderes.
Power ha dicho que los miembros de la delegación dejaron el lugar con "esperanzas" de que los líderes quieran llegar a un acuerdo de paz, pero "no con confianza" en ello.
También ha señalado que "no hay forma" de que ninguno de ellos haya salido de las conversaciones mantenidas "sin tener clara" la determinación del Consejo de Seguridad de imponer más sanciones si no "eligen el compromiso y la paz".
Los enfrentamientos entre los soldados de Kiir y los leales a su exvicepresidente Machar llevaron al país al conflicto, menos de tres años después de haber logrado su independencia de Sudán.
Ambos líderes firmaron un alto el fuego en mayo y acordaron formar un Gobierno interino en un límite de 60 días, pero esa fecha expiró el 10 de agosto y las conversaciones siguen atascadas. Igualmente, los diplomáticos han dicho que ambos lados han violado el acuerdo, pero que las negociaciones continuarían.
CONVERSACIONES
Los diplomáticos del Consejo que estuvieron presentes en la reunión con Kiir en la capital del país, Juba, y en la videoconferencia con Machar el martes, han dicho que lo dos líderes estaban más preocupados por echarse las culpas respecto al conflicto que de alcanzar un acuerdo.
"Sigue habiendo una gran distancia entre ellos", han asegurado. "Ambos dijeron reconocer que no hay una solución militar para el conflicto y que tiene que haber un acuerdo, pero no hemos sentido que ninguno de ellos tuviera gran disposición a comprometerse a dar ese paso", han explicado, añadiendo que los dos están "divorciados de la realidad".
El jefe mediador de las conversaciones de paz de Sudán del Sur, el enviado especial de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), Seyoum Mesfin, ha dicho a los enviados de la ONU que el equipo de Machar estaba frustrando las negociaciones, pero no ha dado más detalles.
Respecto a la posibilidad de imponer sanciones más duras, los diplomáticos han dicho que Naciones Unidas podría tomar ejemplo del grupo regional IGAD, y contar con la aprobación de China y Rusia debido al respaldo de este organismo.
CRISIS HUMANITARIA
Los casi ocho meses de conflicto han dejado tras de sí al menos 10.000 muertos y más de un millón de desplazados. Power ha asegurado que 50.000 niños de menos de cinco años están en riesgo de morir por malnutrición en los próximos meses.
Las organizaciones humanitarias han dicho que Sudán del Sur se está precipitando hacia la peor hambruna de África Oriental desde mediados de los años 80, cuando la desnutrición aumento en la región y mató a más de un millón de personas.
"Es una crisis humanitaria provocada por el hombre y podría ser una hambruna", ha dicho Power.
La ONU asegura que tanto el Gobierno como los rebeldes atacan regularmente a las organizaciones de ayuda y bloquean la llegada de comida a las regiones rurales para tener ventaja táctica. "Esto tiene que parar y es un mensaje que mandamos a ambos", ha dicho Power.
Gran parte de los enfrentamientos en Sudán del Sur han tenido lugar en torno a líneas de fractura étnicas entre la comunidad dinka de Kiir y la nuer de Machar. Naciones Unidas y las agencias de ayuda han acusado a ambos lados de llevar a cabo masacres étnicas y violaciones graves de los Derechos Humanos.
Power ha dicho que se espera un informe de la Unión Africana (UA) sobre este tema, pero que se debe responsabilizar a aquellos que hayan cometido crímenes basándose en la etnias y en las presuntas "listas de matar".
