MADRID, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha reclamado este viernes al Gobierno de Egipto que "libere inmediatamente" a todos los detenidos durante las recientes manifestaciones antigubernamentales en el país.
La portavoz del organismo, Ravina Shamdasani, ha recalcado que la Alta Comisionada, Michelle Bachelet, ya expresó en septiembre su "grave preocupación" por los "arrestos generalizados" durante las protestas en Egipto.
"Desafortunadamente, esos arrestos continúan e incluyen a varias figuras muy conocidas y respetadas en el campo de la sociedad civil", ha dicho, antes de destacar los casos de Esraa Abdelfatá, Alaa Abdelfatá y Mohamed el Baqer.
Así, ha recordado a El Cairo que "bajo el Derecho Internacional, las personas tienen el derecho a manifestarse pacíficamente y el derecho a expresar sus opiniones, incluidas las redes sociales".
"Nunca deben ser arrestadas, y menos imputadas por crímenes graves como el terrorismo, por ejercer estos derechos", ha manifestado Shamdasani, quien ha reiterado que "las acciones de las autoridades a todos los niveles (...) deben ir en línea con las normas y estándares internacionales".
Por ello, ha reiterado que "todos los detenidos únicamente por ejercer sus derechos o dar asistencia legal a otros que han sido arrestados deben ser liberados inmediatamente", antes de recordar a Egipto que "debe respetar y proteger el derecho de una persona a no ser objeto de torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes".
"Reclamamos a las autoridades egipcias que investiguen de forma rápida y efectiva todas las acusaciones de torturas y malos tratos durante la detención y que adopten medidas legislativas, administrativas y judiciales para evitar estos actos", ha remachado.
En el marco de las protestas, las autoridades han llevado a cabo una campaña de arrestos masivos que los grupos de defensa de los Derechos Humanos dicen que ha supuesto la detención de al menos 1.900 personas.
El presidente, Abdelfatá al Sisi, llegó al poder mediante un golpe de Estado en julio de 2013 que lideró después de una serie de manifestaciones masivas contra el entonces presidente, el islamista Mohamed Mursi, primer mandatario elegido democráticamente en décadas.
Al Sisi ha impulsado una amplia campaña de represión y persecución contra opositores, tanto de grupos liberales como de organizaciones islamistas, una iniciativa que los grupos de Derechos Humanos han denunciado como la más grave de los últimos tiempos.
