El calentamiento global se ha sumado a un cóctel explosivo de "pobreza, falta de planificación urbanística, degradación medioambiental y desidia"
BARCELONA, 31 Mar. (Fundación Thomson Reuters/EP) -
Mozambique está obligado a acometer una reforma extraordinaria de sus infraestructuras para proteger a la población de nuevas catástrofes derivadas del cambio climático, según entiende la Comisión Económica de Naciones Unidas para África, que estima los daños materiales provocados por el devastador paso del ciclón 'Idai' en más de 1.000 millones de dólares, además del enorme coste humano, que rebasa ya los 700 muertos y casi tres millones de afectados.
"Lo que ha ocurrido en Mozambique ha sido una clara demostración de un cóctel de pobreza, falta de planificación urbanística, degradación medioambiental y desidia al que se ha añadido el cambio climático", lamenta la directora de la agencia de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR), Mami Mizutori.
"Me resulta especialmente preocupante el gravísimo daño en las escuelas, en los hospitales y en otras infraestructuras clave del país, porque va a tener graves consecuencias en los esfuerzos a largo plazo que los países afectados", Mozambique, Zimbabue y Malaui, "están llevando a cabo para erradicar la pobreza y el hambre".
CICLONES Y CAMBIO CLIMÁTICO
Los científicos siguen investigando el impacto exacto del cambio climático en el desarrollo del ciclón. Para la directora del equipo de climatología de Cruz Roja, Erin Coughlan de Perez, la insólita destrucción provocada por las inundaciones está directamente relacionada con el calentamiento global, que intensificó las precipitaciones de la tormenta por el calentamiento de las aguas del océano y provocó la crecida previa de las aguas que finalmente se desbordaron con la llegada de 'Idai'.
Coughlan de Perez mantiene que los pronósticos de la llegada del ciclón eran exactos y fueron comunicados correctamente a la población. El fallo residió en la incapacidad de entender el impacto que tendría sobre las diferentes poblaciones, y en la capacidad de estas localidades para coordinarse entre sí en plena crisis.
"Todos los países del mundo se enfrentan a esta clase de desafíos, pero en aquellos lugares donde la situación no es tan avanzada, el desafío es mucho mayor", ha lamentado el profesor de Meteorología de la Universidad de Leeds Douglas Parker.
"En África, donde el clima es más extremo, donde las lluvias son más intensas y las sequías más infernales, cualquier fallo en la comunicación genera consecuencias mucho más dramáticas", ha añadido en comentarios a la Fundación Thomson Reuters.
INVERSIONES A LARGO PLAZO
"No puedes hacer todo cinco días antes de que llegue una tormenta", ha explicado Coughlan de Perez, quien ha recordado que tanto Mozambique como las ONG se habían preparado lo mejor posible ante la llegada del ciclón. Había ayuda de emergencia, personal adicional prácticamente 'in situ', y el Gobierno mozambiqueño trasladó alertas constantes a la población en riesgo.
Sin embargo, todas las precauciones acaban resultando insuficientes si las infraestructuras y los refugios se hunden ante las inclemencias, como ha ocurrido en la ciudad de Beira, una de las más afectadas. Las autoridades ignoraron todos los peligros y decidieron levantarla en una zona plana, propensa a las inundaciones.
"Jamás deberían haberla construido allí", ha lamentado el director de la unidad para la gestión de desastres de la Universidad de Mozambique, Rui Carlos da Maia. "Y todo parece indicar, dadas experiencias previas, que lo harán de nuevo", añade.
Los contratos de edificación de escuelas y hospitales acabarán en manos de quien menos cobre y probablemente incumplirán las normas de edificación, "porque el cambio climático no se encuentra enraizado en las políticas de Gobierno", lamenta.
