JERUSALÉN, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
La organización defensora de los Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW) afirmó hoy, en el tercer aniversario de secuestro del soldado israelí Gilad Shalit, que el movimiento islamista Hamás debe permitir "inmediatamente" al militar contactar con su familia así como recibir la visita del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Para la ONG, la detención prolongada, en situación de incomunicación, de Shalit es "cruel e inhumana" y equivale a "tortura". "Las autoridades de Hamás están obligadas por las leyes de la guerra a permitir a Shalit mantener correspondencia con su familia, pero durante sus tres años de secuestro Hamás ha dado sólo tres cartas que él ha escrito y una grabación de voz. Ni la familia de Shalit ni el CICR han podido visitarle", añade.
En opinión de la directora para Oriente Próximo y el norte de África de HRW, Sarah Leah, "las autoridades de Hamás no tienen excusa para incomunicar a Shalit de su familia y del mundo exterior durante tres años" y castigar al soldado por el enfrentamiento entre el movimiento palestino e Israel es "injusto e ilegal".
Las autoridades de Hamás en la Franja de Gaza han insistido en que liberarán a Shalit sólo a cambio de que Israel ponga en libertad a cientos de presos palestinos, incluidas mujeres y niños. Pero las negociaciones que se han llevado a cabo a lo largo de estos tres años han resultado completamente infructuosas.
El pasado 16 de junio, uno de los líderes de Hamás, Mahmud Zahar, dijo que el grupo consideraría entregar al soldado una carta que sus padres dieron al ex presidente estadounidense Jimmy Carter antes de que éste visitara Gaza. Sin embargo, Hamás sigue sin atender las demandas del CICR, que ha pedido en varias ocasiones poder visitar a Shalit para conocer su estado de salud.
Pero Israel también ha impedido que los presos palestinos puedan recibir visitas de sus familias. En junio de 2007, un año después del secuestro, Israel suspendió un programa del CICR que permitía dos visitas al mes para 900 reos palestinos de Gaza que están encarcelados en prisiones israelíes.
El Gobierno impuso la prohibición a las visitas al mismo tiempo que daba comienzo el bloqueo a la Franja de Gaza, justo después de que Hamás tomara el control de este territorio. Israel condicionó el levantamiento de este embargo a la liberación de Shalit. Ante esta situación, HRW pide también el fin del bloqueo porque supone un "castigo colectivo" contra un millón y medio de palestinos, lo que viola las leyes de la guerra.
"Las violaciones de las leyes de la guerra por parte de un lado en un conflicto no justifica las violaciones por parte del otro. Es el momento de que tanto Israel como Hamás dejen de destruir vidas y familias utilizando a los detenidos de la otra parte como moneda de cambio", añade.
