WASHINGTON, 17 Abr. (Reuters/EP) -
El Papa Benedicto XVI cuestionó ayer la tolerancia religiosa americana y reveló su temor a que disminuya la fe católica entre la sociedad estadounidense, quedando reducida al "común denominador más bajo".
El Pontífice afirmó en un discurso pronunciado ante nueve cardenales y casi 400 obispos, en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción de Washington, que la Iglesia estadounidense no debería dejar que la fe de los ciudadanos derivara en el relativismo, porque ésta es mucho más importante en la vida pública de Estados Unidos que en la "secularizada Europa".
"Una fuerte corriente individualista en la cultura americana lleva a algunos católicos a seleccionar entre las doctrinas ideológicas con las que se sienten más identificados y rechazar a las otras", afirmó el Santo Padre durante su discurso pronunciado ante los líderes de la Iglesia en América.
Benedicto XVI advirtió a los obispos de que no pueden confiarse ya que la creencia religiosa de los ciudadanos puede verse minada con facilidad, en parte, por las "corrientes seculares", y reveló la profunda preocupación sobre una posible "devoción superficial", a veces conocida como "religión civil".
"Si a la fe no se le concede la importancia que se merece, el resultado es el crecimiento de la división entre fe y vida, y se acaba viviendo como si Dios no existiera", añadió el Pontífice. "Este problema está representado por los católicos que promueven el derecho legal al aborto", agregó.
"¿HA PERDIDO IMPORTANCIA NUESTRO MENSAJE?"
Otro signo que el Papa consideró alarmante es la "deriva continuada de los católicos que se alejan cada vez más de la Iglesia", de acuerdo con un estudio reciente elaborado por el Foro Pew sobre Religión y Vida Pública, donde se revela que el 24 por ciento de los americanos son católicos pero más del diez por ciento se consideran ex católicos.
"¿Tan difícil es de encontrar a Dios en nuestras iglesias?, ¿ha perdido importancia nuestro mensaje?", se preguntó el Santo Padre. Parte del problema, aseguró, es que los católicos americanos han abandonado el "ghetto" de la cultura católica que refuerza la práctica religiosa entre comunidades inmigrantes.
"Así pues, el reto de la Iglesia norteamericana es recuperar la visión católica de la realidad y presentarla de forma imaginativa y atractiva a la sociedad", añadió Benedicto XVI.
