TIBLISI, 31 May. (Reuters/EP) -
Los resultados iniciales publicados este lunes de la votación municipal que se celebró ayer en Georgia apuntan a una victoria del partido del presidente, Mijail Saakashvili, en la primera prueba electoral a la que se enfrenta desde la breve guerra que mantuvo con Rusia en el verano de 2008.
Así, según los primeros recuentos, el Movimiento Nacional-Demócrata habría obtenido dos tercios de los votos, según la Comisión Central Electoral. En la capital, Tiblisi, el alcalde del partido gobernante, Gigi Ugulava, habría conseguido la reelección con casi el 54 por ciento de los votos, según afirmó la comisión en su página web.
Saakashvili celebró anoche los primeros resultados publicados que daban a su partido casi el 60 por ciento de los votos. "El resultado final de hoy significa que la democracia ha ganado en Georgia", afirmó Saakashvili en la sede de su partido, y añadió que esperaba que los resultados mostraran el mismo nivel de apoyo hacia su partido que los comicios parlamentarios celebrados en mayo de 2008.
Irakli Alasania, un líder opositor que se presentaba para alcalde de Tiblisi, señaló que no confía en los resultados electorales. Alasania ha quedado en segundo lugar con sólo un 20 por ciento de los votos, según la Comisión Central Electoral.
La primera votación directa para elegir alcalde en la capital, que alberga a más de un cuarto de los 4,5 millones de georgianos, se percibió como una prueba de los posibles sucesores de Saakashvili, de quien se espera que dimita en 2013, después de permanecer una década en el poder.
Según la oposición, los comicios se han visto afectados por los problemas con las listas de votantes, la presión sobre los observadores y la campaña ilegal del partido gobernante, aunque la comisión electoral indicó que no se habían registrado grandes irregularidades. La oposición no tiene una plataforma coherente ni unida, y ha encontrado cierta dificultad para presentar a los votantes como una alternativa atractiva a Saakashvili.
Saakashvili afirma que ha creado un modelo de democracia en una región dominada por el fraude electoral y por líderes autoritarios, pero los críticos le acusan de monopolizar el poder, marginar a la oposición y manipular a los medios de comunicación.
