TUUSULA (FINLANDIA), 8 Nov. (EP/AP) -
La Policía está analizando la nota de suicidio y los mensajes que dejó en Internet el chico de 18 años que acabó ayer con la vida de ocho personas y con la suya propia en un tiroteo en su instituto, en la localidad finlandesa de Tuusula.
De esta forma, se pretende averiguar qué le motivó a llevar a cabo la matanza. Los investigadores creen que Pekka-Eric Auvinen pretendía, con sus disparos, causar el mayor daño posible en el instituto Jokela.
Al parecer, elegía a sus víctimas al azar. Mató a seis estudiantes, a la enfermera del centro educativo y a la directora y, dos horas más tarde, la Policía lo encontró en un cuarto de baño cercano a la cafetería del instituto con una herida de bala provocada por él mismo y que le causó la muerte.
El superintendente detective Tero Haapala explicó que "no hay nada que le vincule (a Auvinen) con las víctimas, excepto que iban al mismo instituto".
La Policía halló 69 cartuchos en el lugar de los hechos, lo que indica que Auvinen disparó tantas veces como pudo. Las víctimas recibieron el impacto de las balas en la cabeza o en la parte superior del cuerpo. Mientas que algunas presentaban sólo unas pocas heridas, otras recibieron hasta casi 20 tiros.
Haapala agregó que el joven también intentó provocar un incendio, al derramar un líquido inflamable en el suelo y las paredes de la segunda planta del edificio, pero que no fue capaz de encenderlo.
Un portavoz de la Policía, Goran Wennqvist, añadió que Auvinen dejó una nota de suicidio en su casa antes de perpetrar el ataque en la que se despedía de su familia y explicaba su odio hacia la sociedad.
La Policía también se incautó de libros y material impreso que podría sugerir que Auvinen tenía "ideas radicales" y estaba planeando un ataque. Las investigaciones apuntan a que el presunto homicida reveló sus intenciones en los mensajes que publicaba en la página web de Youtube, en donde exhortaba a la revolución.
Los finlandeses recordaron hoy a las víctimas de la masacre dejando que las banderas de todo el país ondearan a media asta. Varios estudiantes colocaron velas junto al instituto, que permanece cerrado, y la presidenta de Finlandia, Tarja Halonen, asistió a una misa por las víctimas en Helsinki.
