Polonia.- Dimite un sacerdote polaco entre acusaciones de vínculos con la Policía secreta comunista

Actualizado: lunes, 8 enero 2007 20:21

VARSOVIA, 8 Ene. (EP/AP) -

Un sacerdote polaco, párroco de la catedral de Wawel, dimitió hoy, tras ser acusado de colaborar con los servicios secretos del antiguo régimen comunista, un día después de que el recién arzobispo de Varsovia renunciara a su puesto tras ser inculpado de los mismos hechos.

El reverendo Janusz Bielanski dimitió como párroco de la prestigiosa catedral de Cracovia, donde permanecen enterrados reyes y reinas y polacos, según explicó un portavoz de la Iglesia de esta localidad polaca, Robert Necek.

Según el portavoz, Bielanski presentó su dimisión al arzobispo de Cracovia, el cardenal Stanislaw Dziwisz "en relación con las repetidas acusaciones sobre su cooperación con los servicios secretos" de la era comunista.

Dziwisz, que fue secretario del Papa Juan Pablo II durante años, "aceptó la dimisión", agregó Necek. El anterior Papa fue sacerdote y después arzobispo de Cracovia antes de convertirse en Sumo Pontífice.

La renuncia de Bielanski se conoció un día después de que Stanislaw Wielgus, que había sido nombrado arzobispo de Varsovia dos día antes, renunciara a su cargo durante la misa en la que se iba a formalizar su nombramiento. Las revelaciones sobre su pasado como colaborador con la Policía de la era comunista y su repentina dimisión han provocado una gran polémica en Polonia, un país profundamente católico, además de divisiones en el seno de su Iglesia.

De hecho, el líder de la Iglesia católica polaca, el cardenal Jozef Glemp, recibió hoy duras críticas de los medios de comunicación por defender a Wielgus. Mientras el portavoz del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi, señaló que Wielgus tenía derecho a abandonar su puesto, debido a que sus acciones pasadas habían "comprometido gravemente su autoridad", Glemp, al frente del arzobispado de Varsovia durante los últimos 25 años, lo defendió durante su homilía, refiriéndose a él como un "siervo de Dios" y advirtiendo de los peligros de hacer juicios basándose en documentos incompletos e imperfectos de las autoridades comunistas.

Por su parte, el diario 'Dziennik', aseguró que fue un "gran error" que el primado del país defendiera a Wielgus. "El primado apareció ante los fieles para decirles claramente 'si hubiera sido por mí, Wielgus habría sido arzobispo'", aseguró el editor jefe del rotativo en su primera página. "Presentó a Wielgus como víctima de un asalto, un inocente, una persona cazada. No mencionó ni siquiera que el arzobispo mintió hasta el último minuto. Que mintió al Papa, a los obispos y a los fieles", agregó.

Por su parte, el editor jefe de 'Rzeczpospolita', Pawel Lisicki, consideró que la homilía de Glemp "sonó casi como a un llamamiento a la desobediencia y indirectamente significó un rechazo a lo que había sido establecido por la comisión histórica de la Iglesia".

"La pública desautorización de la decisión del Santo Padre y la propagación de la división entre los fieles no parece ser la tarea del primado de Polonia", señala Lisicki.

Las informaciones acerca de que Wielgus cooperó con la Policía secreta comunista aparecieron por primera vez en un semanario polaco el 20 de diciembre, y se convirtió en una auténtica crisis el viernes, después de que la comisión para la historia de la Iglesia dijo que había encontrado pruebas que confirmaban estas acusaciones.

Wielgus inicialmente negó estas relaciones, pero finalmente reconoció que firmó un acuerdo en 1978 en el que prometía cooperar con la Policía secreta a cambio de obtener un permiso para abandonar Polonia y estudiar en Alemania occidental. Sin embargo, subrayó que no informó sobre nadie ni intentó perjudicar a nadie, insistiendo en sus remordimientos.