WASHINGTON, 14 May. (EUROPA PRESS) -
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha hablado por teléfono con sus homólogos de Reino Unido, Alemania y Francia durante los últimos días para abordar la cooperación con Irán después de que el Gobierno de Donald Trump se retirara del acuerdo nuclear, según ha informado este lunes la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.
Pompeo "ha subrayado que Estados Unidos y sus aliados europeos comparten un gran interés en impedir que Irán desarrolle un arma nuclear", así como "sus actividades desestabilizadoras en la región", ha indicado Nauert a través de un comunicado.
El jefe de la diplomacia norteamericana ha destacado "el buen trabajo que se ha hecho en los últimos meses para abordar las amenazas comunes" y en este sentido ha expresado su confianza en mantener esta "fuerte cooperación" euroatlántica.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Reino Unido, Boris Johnson, ha emitido su propio comunicado para informar de que, tras la charla mantenida con su par francés, Jean-Yves Le Drian, ambos países están decididos a "conservar la esencia del acuerdo nuclear con Irán".
"Quiero subrayar que esto no quiere decir que no vayamos a seguir trabajando con Estados Unidos. Es vital que mantengamos los contactos con Estados Unidos y continuemos interrogando a nuestros amigos de Washington sobre cómo ven ellos el desarrollo del acuerdo nuclear", ha aclarado.
Además, está previsto que este martes el ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Javad Zarif, se entreviste con la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, así como con Johnson, Le Drian y el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, para hablar de futuro.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha retirado al país del acuerdo nuclear firmado en 2015 por el Grupo 5+1 --formado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China-- con Irán para desmantelar su industria atómica a cambio de la retirada progresiva de las sanciones internacionales en su contra.
La salida de Estados Unidos amenaza la supervivencia de un acuerdo que el resto de firmantes pretende mantener porque lo consideran fundamental para la estabilidad de Oriente Próximo. La República Islámica, en cambio, duda de que sea efectivo sin el apoyo norteamericano.
