WASHINGTON, 28 Feb. (DPA/EP) -
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha asegurado ante el Congreso que ahora mismo su país no está implicado en ningún tipo de hostilidades con Irán y ha vuelto a defender la necesidad del ataque aéreo que acabó, el pasado 3 de enero, con la vida del general iraní Qasem Soleimani.
"Eliminarle del campo de batalla fue una medida para reducir la tensión", ha asegurado Pompeo en relación a la muerte del considerado brazo ejecutor del régimen iraní en operaciones de Inteligencia exterior.
"Era un blanco estratégico" que "estaba planeando nuevos ataques contra Estados Unidos", ha añadido el secretario de Estado. Pompeo, no obstante, no ha podido precisar a qué amenaza inminente se enfrentaba Estados Unidos en el momento de la muerte del militar, razón que esgrimió la Casa Blanca para justificar el ataque.
La comparecencia de Pompeo ocurre en un momento en que la bancada demócrata está intentando limitar el uso de la fuerza en un posible conflicto armado con Irán al entender que la Casa Blanca podría excederse en sus competencias y actuar sin el permiso de la cámara.
El secretario de Estado ha añadido que la estrategia a corto plazo consiste en incrementar la presión sobre la república islámica, ahora mismo afectada por las sanciones unilaterales que Estados Unidos decidió reimponer en 2018 tras abandonar el histórico acuerdo nuclear firmado con Teherán tres años antes.
