Aung San Suu Kyi
REUTERS / SOE ZEYA TUN
Publicado: miércoles, 28 febrero 2018 19:20

DACCA, 28 Feb. (Reuters/EP) -

Las premios Nobel de la Paz Tawakkol Karman, Shirin Ebadi y Mairead Maguire han urgido este miércoles a Aung San Suu Kyi, que ha recibido el mismo galardón, a frenar el "genocidio" rohingya o ser "cómplice" del mismo, ya que Suu Kyi es la líder en la sombra del Gobierno birmano.

"Debe dejar de hacer oídos sordos a la persecución de los rohingya o arriesgarse a ser cómplice de estos crímenes", ha dicho la activista yemení Tawakkol Karman en una rueda de prensa que ha ofrecido en Dacca tras visitar el campamento para refugiados rohingya de Cox Bazar.

Para Karman, la decisión a la que se enfrenta Suu Kyi es "clara": debe renunciar, en señal de protesta por la acción de las fuerzas de seguridad birmanas, o mantenerse en el cargo y asumir el riesgo de ser procesada por lo que Naciones Unidas ha advertido de que podría constituir una limpieza étnica.

La norirlandesa Mairead Maguire ha hablado directamente de "genocidio". Ha contado que, durante su estancia en Cox Bazar, escuchó relatos de los refugiados que hablan de familias enteras asesinadas y de niños lanzados al fuego y a ríos por los uniformados birmanos. "No podemos permanecer en silencio. El silencio es complicidad", ha sostenido.

La abogada iraní Shirin Ebadi ha reclamado directamente una actuación de la comunidad internacional. "Con un millón de rohingya desplazados, incontables muertos y desaparecidos, y la violencia sexual usada como arma de guerra, ya es hora", ha exigido.

Las tres han considerado que los crímenes contra los rohingya deberían ser llevados ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) y han anunciado una próxima visita a Birmania. "Necesitamos ver lo que está pasando allí", ha señalado Karman.

El Gobierno birmano lanzó el pasado 25 de agosto una campaña militar contra la comunidad rohingya en el estado de Rajine en respuesta a un ataque de insurgentes rohingya. Desde entonces, unos 700.000 han huido al vecino Bangladesh, donde viven en condiciones precarias, y decenas de pueblos han sido arrasados.

Los dos países han llegado a un acuerdo para repatriar a los rohingya, pero la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha dado la voz de alarma porque todavía no se dan las condiciones de seguridad para que puedan regresar a sus hogares.

Suu Kyi, que recibió el Nobel de la Paz en 1991 por su resistencia pacífica a la junta militar que gobernó Birmania durante décadas, ha hecho caso omiso a las críticas de la comunidad internacional y ha defendido la actuación de los policías y militares birmanos.

Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana a la que el Estado birmano no reconoce la ciudadanía y, por ende, ningún derecho, por considerar que son descendientes de inmigrantes bangladeshíes que llegaron de forma ilegal a la nación asiática.

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