El presidente defiende que la Constitución no sea modificada antes de las elecciones previstas para 2015

Actualizado: viernes, 5 diciembre 2014 18:29

MADRID, 21 Nov. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Birmania, Thein Sein, ha defendido este jueves que las acusaciones sobre los abusos cometidos por las autoridades contra la minoría musulmana rohingya son "invenciones de los medios", al tiempo que ha respaldado que la Constitución no sea modificada antes de las elecciones de 2015.

"Enmendar la Constitución es una responsabilidad primero del Parlamento, y luego del pueblo. El Gobierno no puede dictar como hacer esto o lo otro, y tampoco lo puede hacer el Ejército", ha dicho durante una entrevista concedida a la emisora estadounidense Voice of America.

Las palabras de Sen han llegado un día después de que el presidente del Parlamento, Shwe Mann, anunciara que la Carta Magna no sería modificada hasta después de los comicios, lo que complica las intenciones de la opositora y Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi de presentarse a los comicios.

La Constitución prohíbe a cualquier persona que esté casada con un ciudadano extranjero o que tenga hijos de nacionalidad extranjera ser presidente del país. Los hijos de Suu Kyi tienen nacionalidad británica, al igual que su esposo, quien falleció en 1999.

Mann detalló que en el mes de mayo se celebrará un referéndum para votar los cambios propuestos a la Carta Magna, si bien matizó que será imposible que los mismos sean introducidos antes de las elecciones generales.

"Algunos proyectos de ley necesitan un referéndum, que será celebrado en mayo de 2015. Necesitamos que la gente vote. Los resultados de este referéndum tendrán que ser ratificados por ambas cámaras del Parlamento, lo que se hará después de las elecciones de 2015", dijo.

SITUACIÓN DE LOS ROHINGYA

Por otra parte, Sein ha resaltado que "la preocupación internacional sobre este asunto (la situación de los rohingya) es exagerada". "Que la gente que intenta emigrar en barcas huye de la tortura es una historia de los medios", ha agregado.

"De hecho, hay más gente que quiere vivir aquí (en Birmania) porque es espacioso, con muchos sitios para vivir y trabajar. Hay gente que escribe cosas negativas con malicia. Las organizaciones internacionales ayudan a esto", ha valorado.

Los rohingya se enfrentan a una crisis humanitaria en el estado de Rajine (oeste), y la mayoría de los 1,1 millones de miembros que componen la comunidad son apátridas que viven en condiciones de 'apartheid'.

Casi 140.000 se convirtieron en desplazados tras los enfrentamientos con los budistas de Rajine en 2012. Hasta la fecha, los musulmanes que no se identifiquen son enviados a campamentos temporales, un hecho que vulnera los Derechos Humanos y desafía los esfuerzos de reformas del país.

En septiembre, las autoridades confirmaron que estaban preparando un plan para ofrecer a los ronhingya la ciudadanía birmana en caso de que cambiaran su etnia a bangladeshí, lo que la comunidad rechaza afirmando que implica que reconocen que son inmigrantes, a pesar de haber vivido en la zona desde hace generaciones.

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