El presidente electo afgano promete transparencia y el fin de la corrupción con un Gobierno de unidad

Actualizado: sábado, 4 julio 2015 12:28


KABUL, 22 Sep. (Reuters/EP) -

El presidente electo de Afganistán, Ashraf Ghani, ha prometido este lunes poner fin a los conflictos políticos y a la corrupción en el que ha sido su primer discurso desde que firmara un acuerdo para compartir el poder con su rival y poner fin a meses de confusión tras las denuncias de fraude electoral.

"La estabilidad de Afganistán es lo más importante para nosotros", ha dicho el que fue ministro de Finanzas y ahora presidente en el Palacio Presidencial de Kabul. "Vamos a construir esta nación y dejar atrás el pasado", ha añadido.

Ghani fue nombrado presidente electo de Afganistán por la Comisión Electoral este domingo. Una decisión que pone fin a la inestabilidad política del país después de que Abdulá Abdulá, su rival en los comicios, denunciara fraude electoral y pidiese la revisión total de los resultados coincidiendo con la preparación de las tropas extranjeras para abandonar Afganistán.

Con este acuerdo Abdulá Abdulá ejercerá como nuevo jefe del Ejecutivo --el equivalente a primer ministro--. Bajo los términos del acuerdo de unidad, Ghani compartirá el poder con un presidente del ejecutivo propuesto por Abdulá. Los dos compartirán el control sobre quién lleva las instituciones claves, como el Ejército y otras decisiones ejecutivas.

UN PACTO DE SEGURIDAD

Se espera que Ghani jure su cargo como presidente el próximo 29 de septiembre, según un alto funcionario. "Nuestra atención se centrará en conseguir el mérito en todos los sectores del Gobierno, y no habrá lugar para el nepotismo", ha dicho Ghani en su discurso. "Va a ser un Gobierno de transparencia, rendición de cuentas y de asumir responsabilidades."

Es probable que uno de los primeros actos de Ghani sea la firma de un acuerdo de seguridad con Estados Unidos. Anteriormente ya ha declarado que apoyaría un pacto para permitir que un pequeño grupo de tropas extranjeras continúen en Afganistán después de 2014.

Son muchos los que temen en Kabul que los talibán aprovechen la actual inestabilidad, teniendo en cuenta que han logrado avances significativos en el sur y el este del país coincidiendo con el parón del apoyo aéreo de Estados Unidos durante este verano.

LOS TALIBÁN RECHAZAN EL ACUERDO

Ahora Ghani tiene que formar un Gobierno con el que hacer frente a temas como la insurgencia talibán y su aumento de poder.

Los talibán han rechazado un acuerdo para un Gobierno de unidad que definen como una "farsa" orquestada por los Estados Unidos, por lo que se han comprometido a seguir con su guerra contra el Gobierno afgano, las fuerzas estadounidenses y las fuerzas aliadas que lo respaldan.

"El nombramiento de Ashraf Ghani y la formación de un Gobierno de farsa nunca será aceptable para los afganos", ha dicho el portavoz talibán, Zabihulá Muyahid, en un comunicado enviado por correo electrónico a los periodistas.

"Los estadounidenses deben entender que nuestro suelo y nuestra tierra nos pertenece y que todas las decisiones y acuerdos tienen que ser hechos por los afganos, no por el secretario de Relaciones Exteriores de Estados Unidos o su embajador", ha dicho.

Además ha añadido: "Rechazamos este proceso americano y prometemos continuar nuestra jihad hasta que liberemos nuestra Nación de la ocupación y hasta que consigamos dejar libre el camino para un Gobierno islámico puro."

Los talibán gobernaron Afganistán con su interpretación extrema de la sharia durante cinco años antes de ser derrocados, en 2001, con el apoyo militar estadounidense que buscaba atrapar a los líderes de Al Qaeda tras los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos.

Casi 13 años después, Estados Unidos y el presidente saliente Hamid Karzai han intentado, aunque por separado, comenzar diálogos de paz tras el resurgimiento de los talibán, pero con las negociaciones no se han producido progresos.

Por ello, Estados Unidos ha presionado para conseguir este acuerdo entre Ghani y Abdulá, con la intención de poner fin al estancamiento electoral que creían podía desatar la violencia.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, llamó por teléfono a los candidatos rivales para convencerlos y el presidente Barack Obama también hizo un llamamiento para conseguir el acuerdo de unidad.

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