MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Parlamento de Líbano, Nabih Berri, ha hecho este miércoles un llamamiento a la aceleración de los esfuerzos para formar un nuevo Gobierno y ha advertido contra "caer en la trampa del vacío político".
"La etapa actual requiere que todos asuman su responsabilidad para sacar al país del fondo del abismo", ha señalado, antes de incidir en que "la seguridad debe ser una prioridad, junto a mantener el orden público, la paz social y la unidad nacional".
Por ello, Berri ha resaltado que es necesario "un gobierno de unidad que está comprometido con las reformas", según ha informado la agencia estatal libanesa de noticias, NNA.
Las palabras del presidente del Parlamento han llegado tras el llamamiento a huelgas a nivel nacional y la desobediencia civil tras la muerte de un manifestante por disparos de un militar durante un bloqueo de una carretera a la altura de la localidad de Jalde, situada al sur de la capital, Beirut.
El manifestante, identificado como Alaa Abú Fajr, es el primero en morir desde el inicio de las protestas antigubernamentales a nivel nacional en octubre, que han provocado la dimisión del primer ministro, Saad Hariri, quien sigue en funciones a la espera de un acuerdo para formar nuevo Gobierno.
El suceso tuvo lugar poco después de que el presidente del país, Michel Aoun, advirtiera a los manifestantes contra continuar los bloqueos de carreteras e instituciones. "El país morirá si los manifestantes siguen en las calles, incluso si no usamos la fuerza contra ellos", arguyó.
Por su parte, Hariri ha pedido durante la jornada que se adopten "todas las medidas posibles para proteger a los ciudadanos y garantizar la seguridad de los manifestantes" en sus contactos mantenidos con el jefe del Ejército, general Joseph Aoun, y el de las Fuerzas de Seguridad Interna, general Imad Osman.
Por otra parte, en un comunicado de su oficina, Hariri ha hecho un llamamiento a todos los ciudadanos en el país a "preservar su movimiento pacífico y bloquear a aquellos que quieren pescar en río revuelto".
Igualmente, el primer ministro en funciones ha llamado la atención sobre "la responsabilidad de todos, autoridades, líderes, militares e instituciones de seguridad y movimientos populares, de proteger el país y mostrar solidaridad a la hora de enfrentar los retos".
Las protestas arrancaron a principios de octubre en medio del deterioro de la crisis y después de una caída de la moneda local por primera vez en las últimas dos décadas. El descontento se arrastraba ya desde julio, cuando el Parlamento aprobó un presupuesto de austeridad para hacer frente al déficit.
Líbano hace frente a una gran deuda pública y problemas financieros debido a la ralentización del flujo de capitales necesario para financiar al Gobierno, lastrado además por el escaso crecimiento y una elevada tasa de desempleo, cercana al 30 por ciento.
