El presidente de Yemen advierte que se podría producir una guerra civil en el país

Actualizado: sábado, 4 julio 2015 7:50

SANÁ, 24 Sep. (Reuters/EP) -

El presidente de Yemen, Abdo Rabu Mansur Hadi, ha advertido este martes a los ciudadanos de que el país se está encaminando hacia una guerra civil tras la toma de la capital por parte de los rebeldes musulmanes chiíes, un avance que ha permitido a los insurgentes imponer sus condiciones a un Gobierno debilitado.

"El combate en Saná muestra nuestro dolor por la lucha abierta entre nuestro pueblo y por el peligro de entrar en una guerra civil ", ha dicho Hadi en un discurso a los jefes políticos y de seguridad en su cuartel general este martes.

Esa posible guerra enfrentaría a los rebeldes huthis, que dicen representar a la secta zaidí chií y suponen el 30 por ciento de los 25 millones de personas que viven en Yemen, contra una alianza de islamistas suníes y de intereses tribales unidos en unas pocas familias.

Los huthis hicieron un trato para formar parte del gobierno, pero no está claro si eso va a satisfacer sus demandas o si presentarán unas nuevas.

Al escenario político y de una sociedad fragmentada se unen otros problemas. Cualquier reanudación de los combates podría ser aprovechada por una gran variedad de grupos, incluidos los separatistas del sur, del expresidente Alí Abdulá Salé e incluso de Al Qaeda aprovechando el ambiente.

También existe el riesgo de que Yemen, ubicado estratégicamente en las principales rutas de transporte de petróleo, pueda convertirse en un nuevo frente en una pelea entre el Irán chií y la Arabia Saudi suní.

REBELDES CHIÍES

A pesar de un acuerdo mediado por la ONU para detener durante cuatro días de lucha, el futuro depende en gran medida de los próximos pasos de los huthis.

"Ya sea que se adhieran a los acuerdos y que operen como un movimiento político, no se retirarán de la ciudad," ha dicho el analista yemení Hatem Bamehriz, que ha dicho que la otra opción es que definitivamente "se queden en Saná y se entre en una guerra civil."

Los huthis, que comenzaron como un movimiento local destinado a promover la corriente zaidí dentro de los chiíes en contra de los suníes a finales de los noventa, se han transformado en los últimos 15 años hasta convertirse en una poderosa fuerza insurgente.

Después de la sublevación de 2011, sus demandas de mayor autonomía en las zonas del norte fueron en parte contestadas, pero se quedaron fuera del Gobierno de transición y se ganaron el respeto entro los desilusionados por los intentos vacilantes de Hadi para gobernar.

Hadi, un general de 69 años y diputado moderado, heredó una nación hundida en el caos: una economía derrumbada, Al Qaeda golpeando repetidamente al Ejército y los movimientos separatistas en el norte y en el sur.

Su elección como líder provisional en virtud de un plan de transición respaldado por la ONU y los vecinos árabes en un referéndum de 2012 y en el que figuraba como el único candidato, despertó una "revolución popular" entre los huthis.

De hecho, los rebeldes aseguran que su avance hacia la capital es una victoria para las demandas populares que quedaron sin respuesta en la revolución de 2011, es decir, el fin de la corrupción y el alivio para las personas empobrecidas de Yemen, según han explicado.

Ahora la gran incógnita es el papel del expresidente Saleh, con fuertes seguidores y que consiguió mantener una relativa estabilidad durante gran parte de sus tres décadas de gobierno.

El martes, Hadi acusó a su antecesor de conspirar con los huthies para tomar el mando en la capital yemení y forzar así un nuevo Gobierno.

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