Prodi y Berlusconi cierran una campaña electoral marcada por duros enfrentamientos y los impuestos

Actualizado: sábado, 8 abril 2006 2:01


ROMA, 8 Abr. (EUROPA PRESS/C. Giles) -

Las coaliciones de centro-derecha, La Casa de la Libertad y de centro-izquierda, La Unión, cerraron ayer la campaña electoral, de cara a las elecciones que se celebrarán entre hoy y mañana, que ha estado protagonizada por insultos y duros ataques y con el tema de los impuestos como fondo.

La Casa de la Libertad celebró ayer su cierre de campaña en la Plaza del Plebiscito de Nápoles, ante decenas de miles de personas. En el acto estuvieron presentes los líderes de Forza Italia, Silvio Berlusconi; de Alianza Nacional, Gianfranco Fini y de la UDC, Pierferdinando Casini.

Mientras, en la Plaza del Pueblo de Roma se reunieron ante también decenas de miles de personas, los líderes de La Unión: Romano Prodi, Francesco Rutelli, Piero Fassino y Luciana Sbarbati. Otros jefes de la coalición se repartieron por Italia, como el líder de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, que cerró la campaña electoral en Milán.

"¿Queréis ser gobernados por quien ha sido cómplice de las peores tiranías de la Historia?, ¿Queréis confiar vuestro futuro a los herederos de Stalin, Mao, Pol Pot y que hoy son amigos de Fidel Castro?, arengó Berlusconi durante su mitin de cierre de campaña.

Prodi, en un discurso menos polémico, se refirió a una "sistemática violación por parte del Gobierno de las reglas, como el último cambio de la ley electoral", para después prometer un Gobierno de diálogo para todos los italianos y una sociedad donde reine la igualdad.

CAMPAÑA AGRESIVA

Termina así una campaña electoral --hoy es jornada de reflexión-- larga, pero sobre todo muy agresiva, en la que han prevalecido las agresiones verbales y el intercambio de acusaciones sobre el estado de la economía del país. Un tema que ha prevalecido sobre el resto: el de los impuestos.

Ha sido sobre todo el presidente del Gobierno y líder del centro-derecha, Silvio Berlusconi, quien se ha mostrado más agresivo ante sus adversarios políticos. Según algunos analistas, su comportamiento debería ser imitado por la oposición. Sin embargo, ésta se ha defendido más de lo que ha atacado al Gobierno durante esta campaña.

Durante la misma se han vivido momentos de gran tensión entre las dos coaliciones. El último se vivió este martes, cuando Berlusconi aseguró que en Italia no podía haber tantos "coglioni" (gilipollas) que voten a la izquierda, durante una intervención ante la Confederación General Italiana del Comercio (Confcommercio). "Tengo demasiada confianza en la inteligencia de los italianos para creer que pueda haber tantos gilipollas que voten por su propio desinterés", aseguró Berlusconi.

Su insulto causó una dura reacción en la oposición y en el electorado de izquierdas, que salió a la calle con pancartas, pegatinas y otras iniciativas para reivindicar que "mejor 'coglioni' que votar a Berlusconi". Berlusconi no se ha arrepentido de su frase y ayer, en su mitin en Nápoles, volvió a repetir: "Ganaremos porque no somos unos 'coglioni'".

El intercambio de insultos se manifestó también durante el último debate televisivo entre ambos líderes. Cuando hablaban del gasto público, Prodi --citando a un escritor-- dijo que "Berlusconi se apoyaba en los números como los borrachos se apoyan a las farolas. No para buscar la luz sino para apoyarse".

La frase provocó la rabia de Berlusconi, que interrumpió a Prodi en su discurso y comenzó a decir que nadie le podía llamar borracho y que se merecía un respeto, para después llamar a su adversario el "útil idiota de la izquierda", puesto que estaba siendo utilizado por sus "socios comunistas" y no tenía credibilidad en su coalición. Berlusconi acusó al centro-izquierda de haber comenzado ellos con las descalificaciones al tacharle de "delincuente político y mafioso".

Mientras, el líder del partido Liga Norte, Umberto Bossi, definió ayer la campaña electoral como "con demasiada maldad inútil". "La gente no ha entendido nada de números, palabras sin sentido, inútiles insultos de una parte y de otra, que sólo hacen enfadar a la gente y no dan votos", explicó.

IMPUESTOS Y GRANDES PROMESAS

El gran tema de debate de esta campaña electoral han sido los impuestos, pero sobre todo la acusaciones de Berlusconi a la coalición de centro-izquierda de querer subirlos a los italianos.

El presidente acusó a sus adversarios de querer aumentar los impuestos sobre los inmuebles y las transacciones bursátiles y reintroducir la tasa de herencia. La Unión siempre lo negó y añadió que si se reintroducen estas tasas, será únicamente para patrimonios que superen "los varios millones de euros" y que lo que Berlusconi estaba haciendo era "intentar que cundiese el miedo" mediante mentiras.

Pero como en todas las elecciones, también se han realizado promesas que después se comprobarán si pueden ser realizables. Berlusconi prometió en los últimos días nombrar a una mujer vicepresidenta del Gobierno, abolir el impuesto de los Bienes Inmuebles (IBI) para la primera casa y la tasa de la recogida de basura, así como bajar los impuestos y subir las pensiones.

Las promesas de Prodi se centraban en intentar impulsar la economía, eliminar los contratos precarios y, sobre todo, crear un cheque mensual por cada hijo de 200 euros hasta los tres años, ampliable en un futuro hasta los 18 años.