ALMATY, 6 May. (Reuters/EP) -
La empresa minera Kazajmys que opera en Kazajistán ha aceptado este domingo elevar el salario de sus trabajadores mineros en un intento por acabar con el encierro que llevaron comenzaron unos 80 mineros el viernes en una mina en el oeste del país.
Alrededor de 300 trabajadores se encuentran en la mina de Annensky después de que unos 200 trabajadores de otras minas cercanas se uniesen a los 80 empleados que el viernes se negaron a subir a la superficie para demandar una subida salarial.
Kazajmys, con sede en Londres, envió a varios altos cargos para negociar con los mineros para acabar con la huelga, asegurando que no aprobará sanciones contra los huelguistas si los representantes de los trabajadores aceptaban una serie de conversaciones constructivas.
"Los gestores de Kazajmys han expresado su disposición de alcanzar las peticiones clave realizadas por los trabajadores en una carta, incluida la cuestión de la subida salarial", ha señalado en un comunicado la empresa.
Según la compañía, tras aceptar la subida, los trabajadores deberán volver a la superficie y las personas concentradas alrededor de la mina deberían dispersarse.
El director ejecutivo de la compañía, Oleg Novachuk, se ha desplazado con otros dos cargos de la empresa hasta la mina para entablar las negociaciones tras pedir a las autoridades locales que tratasen la concentración como una disputa labotral.
"Los representantes de Kazajmys han garantizado que no se aplicará ninguna sanción contra los trabajadores después de que hayan alcanzado conversaciones constructivas a la disputa laboral", señaló la empresa en un comunicado anterior.
Según Kazajmys, los salarios en todo el grupo, incluidos los de los mineros, han aumentado en un 20 por ciento desde 2010. El salario medio que paga a sus trabajadores en Kazajistán es de 240.000 tenges (unos 1.240 euros), casi tres veces más que el sueldo medio en Kazajistán.
Kazajistán ha sufrido en el último año una serie de protestas que comenzaron cuando una empresa petrolífera despidió a unos 2.000 trabajadores de una explotación en el oeste del país, provocando diferentes protestas. Al menos 14 personas murieron en la localidad de Zhanaozen durante la represión llevada a cabo contra una manifestación.
