MADRID, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un total de 18 grupos armados y milicias del este de la República Democrática del Congo (RDC) firmaron un acuerdo el pasado sábado por el que se comprometen a disolver sus organizaciones, aunque algunos expresaron su preocupación de que las quejas que les llevaron a alzarse en armas no han sido abordadas completamente.
Este acuerdo sigue a una serie de compromisos que fueron alcanzados para devolver la paz a la región de los Kivus, en el este, un proceso de normalización de la situación que ya ha visto a muchos ex combatientes integrarse en el Ejército nacional.
Según explicó el coordinador del comité que supervisa el proceso en el que están en marcha varios acuerdos de paz, Apollinaire Malumalu, "en esta declaración todos los grupos anunciaron claramente que no existirán más". "A partir de ahora, los antiguos combatientes que se integren en la vida civil tendrán medios pacíficos para expresarse", añadió en declaraciones recogidas por la agencia IRIN.
Pero el portavoz de algunas de las milicias de autodefensa conocidas como Mayi Mayi, Didier Bitaki, expresó algunas reservas con respecto a este último acuerdo. "Hemos firmado este documento, que algunos llaman un certificado de defunción para los grupos armados, pero eso no significa que no haya más grupos armados sobre el terreno porque cada uno se justifica a sí mismo hablando de patriotismo o de protección de los bienes. Si los ven amenazados, volverán a las armas", afirmó.
A pesar de todo, la ONG Human Rights Watch (HRW) aplaudió cautelosamente la firma de la declaración, ya que se trata de "un paso adelante", pero advirtió de que "unas firmas en un trozo de papel no hace desaparecer mágicamente el problema de los grupos armados del este de Congo".
FDLR Y EJÉRCITO, AMENAZAS Y PASIVIDAD
Anneke Van Woudenberg, investigadora para África de HRW, avisó no obstante de que las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), grupo rebelde ruandés activo durante mucho tiempo en el este de la RDC, "continúa siendo una amenaza y ahora ataca deliberadamente a la población congoleña en represalia por las acciones militares".
Woudenberg señaló que el Ejército nacional "parece incapaz de proteger a los civiles y él mismo ataca a comunidades locales". "Los grupos armados continuarán siendo un problema que asola el este de Congo si no se encuentra una solución para desarmar al FDLR y se reforma el Ejército en uno que proteja más que abuse de los ciudadanos. Estas soluciones necesitarán ir acompañadas de un proceso político que defina las cuestiones que conducen el conflicto: disputas por la tierra, cohabitación étnica, regreso de refugiados y utilización de fuentes naturales", señaló.
En opinión de Malumalu, todas estas cuestiones mejorarán una vez que los grupos armados se transformen en partidos políticos. "Después de la fase de seguridad, estamos entrando ahora en la fase de reconciliación, de la estabilidad de la comunidad", durante la cual las resoluciones adoptadas durante las negociaciones de paz de enero de 2008 tendrán efecto, añadió.
El proceso de integración de los miembros de los grupos armados en el Ejército regular comenzó el pasado mes de octubre y desde entonces 11.482 ex combatientes se han unido a las filas militares.
