RDCongo.- La RDC elege hoy a su presidente en las primeras elecciones multipartidistas de su historia

Actualizado: domingo, 29 octubre 2006 13:42

KINSHASA, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los ciudadanos de la República Democrática del Congo (RDC) acudirán hoy a las urnas para elegir a su nuevo presidente y con la esperanza de poner fin a un ciclo de violencia que desde octubre de 1996 ha causado la muerte de más de cuatro millones de personas y que se ha caracterizado por un expolio humano y económico sin precedentes en África. El gran favorito es el actual presidente, Joseph Kabila, quien obtuvo el 44,8 por ciento en la primera vuelta electoral --celebrada el pasado 30 de julio-- frente al antiguo dirigente rebelde Jean-Pierre Bemba, quien quedó segundo con el 20 por ciento.

Las actuales son las primeras elecciones multipartidistas desde que el país se independizó de Bélgica en 1960. Antes de la primera vuelta, la última vez que los congoleños habían acudido a unos comicios nacionales fue en 1970, cuando el ex dictador Mobutu Sese Seko se presentó como único candidato a unas elecciones presidenciales.

Mobutu, que obligaba a todos los ciudadanos de la entonces Zaire a afiliarse a su partido y a votarle, ejerció el poder durante 32 años, desde que en 1965 derrocó en golpe de Estado al presidente Joseph Jasavubu y hasta que fue apartado del poder tras la guerra de 1996-1997 por los rebeldes apoyados por Ruanda. Tras la derrota de Mobutu, el líder de los rebeldes, Laurent Desiré Kabila, se proclamó a sí mismo presidente.

En agosto de 1998 comenzó, con la invasión por parte de las tropas de Ruanda, Uganda y Burundi, la denominada 'primera guerra mundial africana'. Con sus cerca de cuatro millones de muertos, no sólo fue el conflicto armado más grave registrado en el mundo desde la Segunda Guerra Mundial, sino que creó una profunda desconfianza de la población hacia la clase política, integrada por muchos de los líderes de las diferentes facciones rebeldes que se repartieron el poder cuando finalizó el conflicto.

En 2000, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó el envío de una Misión de Paz (MONUC), formada por 5.500 efectivos, con el objetivo de supervisar el alto el fuego firmado en 1999 por los cinco Ejércitos y Gobiernos extranjeros implicados en el conflicto. Las hostilidades continuaron, lo que obligó a Naciones Unidas a incrementar su fuerzas hasta 17.000 soldados, la mayor presencia militar de la ONU en el mundo.

En 2001, Laurent Kabila fue asesinado por sus propios escoltas, tras lo cual asumió el cargo su hijo Joseph Kabila. Un año más tarde se firmó en Sudáfrica el acuerdo de paz que puso fin a la guerra, aunque no a las acciones armadas de las diversas milicias que operan sobre todo en el este. Como consecuencia del acuerdo se retiraron los Ejércitos extranjeros.

En 2003, Joseph Kabila designó un Gobierno de Transición encargado de dirigir el país hasta la celebración de las elecciones y formado por los dirigentes de los principales grupos rebeldes. El 18 de diciembre de 2005 se celebró el referéndum para la nueva Constitución, que limita el poder del presidente a dos mandatos de cinco años cada uno. Fue la primera votación celebrada en el país desde 1970 y la primera realmente democrática desde su independencia.

CAMPAÑA VIOLENTA

Como era de temer, la campaña electoral para la segunda vuelta se ha caracterizado por los enfrentamientos entre los partidarios de los dos candidatos, incluidos algunos tiroteos entre la guardia presidencial de Kabila y la guardia personal de Bemba, como los registrados entre los días 20 y 21 de agosto que causaron varios muertos.

Ante la que se avecinaba, y con el recuerdo de la guerra a flor de piel, los medios de comunicación firmaron en septiembre su compromiso de "desterrar de los programas de radio y televisión cualquier discurso que incite al odio racial o a la violencia". Aun con todo, el diario opositor 'El Palmarés' escribió a mediados de este mes, con motivo del arranque de la campaña electoral, que "únicamente la capacidad de anticipación" de la comunidad internacional podría "evitar un baño de sangre".

El pasado miércoles, el representante especial de la ONU en la RDC, William Lacy Swing, aseguró que la MONUC está "mejor preparada" para garantizar la seguridad en esta segunda vuelta que en la primera, tanto en lo que "respecta al despliegue de las fuerzas" como a las "relaciones con el Ejército congoleño y los contactos con las dos partes en liza". Asimismo, en declaraciones a Radio Okapi --la emisora de la MONUC--, elogió la "cooperación ejemplar" de la misión europea, EUFOR.

BEMBA Y KABILA

A lo largo de la campaña, los partidarios de Bemba han acusado a las autoridades de "obstaculizar" sus actividades y de acosar a sus medios de comunicación. A la espera de lo que pueda suceder, Bemba aseguró el pasado jueves que respetará los resultados electorales, sean cuales sean. "Soy un demócrata", afirmó ante los periodistas, antes de advertir de que impugnaría los resultados si se detectase algún fraude.

Por su parte, los partidarios de Kabila han denunciado "el discurso xenófobo" de sus adversarios. De hecho, Bemba ha presumido reiteradamente durante la campaña de su condición de "cien por ciento congoleño", frente a los "orígenes extranjeros" del presidente, y ha insistido en que Kabila es el candidato de las potencias neocoloniales.

Joseph Kabila, un hombre de 35 años de edad que apenas domina el lingala, el idioma del oeste del país --aunque sí conoce muy bien el swahili--, que habla mejor el inglés que el francés y que vivió mucho tiempo como refugiado en Tanzania, ya se tuvo que enfrentar en la primera vuelta a las dudas sobre su nacionalidad.

En todo caso, el bando de Kabila, la Alianza para la Mayoría Presidencial --que agrupa a 30 partidos-- confía en su victoria, en buena parte gracias al apoyo del Partido Lumumbista Unificado (PALU) del opositor Antoine Gizenga, con fuerte implantación en el oeste del país, región en la que obtuvo los peores resultados en la primera vuelta.

Los partidarios del presidente han destacado que desde que llegó al poder, Joseph Kabila ha conseguido poner término a la guerra civil mediante una política de atracción de los dirigentes rebeldes para incorporarlos al Gobierno de Transición.

Para llevar a cabo su propósito, Kabila creó cuatro vicepresidencias, una para cada 'señor de la guerra'. Uno de esos vicepresidentes era, precisamente, Bemba, de 44 años, líder de la Reunión de Nacionalistas Congoleños, fuerza rebelde que operaba en el noreste del país con el apoyo de Uganda.

Hijo de un poderoso empresario kinés, Bemba se formó en Bruselas, donde ganó más fama de juerguista que de estudioso. Durante la campaña electoral se ha desplazado en un Boeing 727 personal que perteneció en tiempos al ex presidente liberiano Charles Taylor, actualmente encarcelado y acusado de crímenes contra la Humanidad.

Sobre Bemba pesa una orden de arresto internacional a petición de la República Centroafricana por su presunta implicación en la rebelión en este país, lo que le podría obligar a comparecer incluso ante el Tribunal Penal Internacional (TPI). Sus propias tropas han sido acusadas de atrocidades en el este del país, desde casos de canibalismo contra los pigmeos en la región de Ituri a otros abusos en la región de Bukavu en 2004.

Sus mayores apoyos proceden sobre todo de su provincia natal, Ecuador (norte), donde, según ciertas denuncias, se dedicó al contrabando de oro y de otros minerales estratégicos, como el coltán. También cuenta con importantes apoyos en Kinshasa, sobre todo entre los partidarios de Mobutu.

No obstante, el hijo del ex dictador, Nzanga Mobutu --cuya hermana está casada con Bemba--, se ha unido a las filas de Kabila. El resultado fue un tiroteo el pasado jueves entre partidarios de Bemba y Mobutu en Gbadolite (en Ecuador) que se saldó con al menos cuatro muertos.