Los rebeldes que controlan los puertos petroleros los mantendrán activos pese a su rechazo al nuevo Parlamento

Actualizado: domingo, 5 julio 2015 20:43

BENGHAZI, 3 Sep. (Reuters/EP) -

Los rebeldes que controlan los puertos petroleros de Libia han rechazado este miércoles la creación de un nuevo Parlamento en Trípoli, pero han asegurado que, a pesar de ello, cumplirán el acuerdo por el cual se comprometieron a mantener abiertas estas instalaciones.

"Solamente reconocemos la Cámara de Representantes electa, que representa a todas las partes del pueblo libio", ha dicho Alí Hasi, portavoz de las milicias lideradas por Ibrahim Jatharan, que controlan los puertos petroleros.

Hasi se ha referido al Congreso General Nacional, la nueva sede legislativa que fue creada por las milicias de Misrata, agrupadas en la llamada 'Operación Amanecer', de tendencia islamista, que ahora controlan la mayoría de las instituciones estatales de Trípoli.

Las fuerzas de la 'Operación Amanecer' no reconocen el Parlamento elegido en las elecciones del pasado mes de junio, dominado por liberales y federalistas, mientras que el antiguo Parlamento estaba controlado por fuerzas islamistas.

El Congreso General Nacional ha encargado a Abdula al Thinni la formación de un nuevo Gobierno después de que éste presentara su renuncia la semana pasada para intentar resolver la crisis. El Gobierno y el nuevo Parlamento se han instalado en la ciudad de Tobruk, en el este del país.

A pesar de esta bicefalia, Hasi ha sostenido que no llevarán a cabo ninguna acción armada contra las milicias islamistas y que harán honor al acuerdo alcanzado con el Gobierno. "Hemos entregado los puertos (al Ejecutivo) y ahora están bajo su autoridad", ha subrayado.

La producción petrolera de Libia ha aumentado hasta los 725.000 barriles por día, más de seis veces el nivel de hace dos meses, cuando los rebeldes de Jatharan y el Gobierno acordaron poner fin al bloqueo de los puertos para la exportación de hidrocarburos.

Libia se encuentra sumida en una profunda crisis política desde 2011, cuando grupos rebeldes, ahora incontrolados, derrocaron al Gobierno de Muamar Gadafi, convirtiendo el país en una lucha de aspiraciones regionalistas y religiosas.

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