MADRID, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los rebeldes somalíes del Frente de Liberación Nacional para Ogaden (ONLF) han declarado este domingo un alto el fuego en Etiopía, siguiendo la estela de varios movimientos insurgentes animados por la expectativa de reformas territoriales prometidas por el nuevo primer ministro del país, Abiy Ahmed.
El portavoz del grupo Abdikadir Hirmoge lo ha hecho saber en un vídeo publicado en las redes sociales en el que toma nota de "los pasos positivos que ha dado el Gobierno para preparar el terreno de cara a unas negociaciones pacíficas"
Así, el grupo toma la decisión, efectiva a partir de este domingo, de detener "todas las operaciones militares y de seguridad dirigidas contra el Aparato de Seguridad de Etiopía", y pide al Gobierno etíope que anuncie una medida recíproca porque cualquier actividad contra el ONLF podría "convertirse en un obstáculo para la paz propuesta", según la nota recogida en su cuenta oficial de Twitter.
Ogaden, en el este del país y conocida tambien como la region de Somali por el gran número de somalíes que viven en ella, es desde hace décadas escenario de una grave crisis política, humanitaria y de seguridad que ha obligado al Gobierno a desplegar sus fuerzas en numerosas ocasiones para aplacar a los grupos que exigen la autonomía.
El primer ministro ha reconocido que estos despliegues no han hecho sino agravar el dolor de la población somalí, así como un conflicto vigente desde hace más de 30 años, marcado por violentísimos episodios como el registrado en 2007, cuando el Ejército etíope lanzó una ofensiva a gran escala tras un ataque del grupo contra una instalación de crudo controlada por China, en la que murieron 74 personas.
"El ONLF está comprometido con la paz en el Ogaden y participa en la estabilización de la zona, y se declara en contra de cualquier acto que ponga en peligro la paz o fomente el conflicto étnico entre los somalíes y los oromos", ha indicado la organización.
Abiy, que asumió el poder en abril, ha condenado desde el principio la excesiva violencia demostrada por sus predecesores, que ha llegado a comparar con una política de terrorismo de Estado. Desde su llegada a la jefatura del Gobierno, Ahmed ha forjado la paz con la vecina Eritrea, poniendo fin a un estado de guerra fría tras el conflicto abierto entre 1998 y 2000 que mató a 80.000 personas.
