LONDRES, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los accionistas de Northern Rock ven planear el fantasma de la nacionalización de la entidad tras la designación por parte del Gobierno de Ron Dandler, ex presidente de Lloyd*s y peso pesado de las finanzas británicas, como presidente provisional si la situación del banco lo requiriera.
Según resalta la prensa británica, esta decisión despejó cualquier duda existente sobre la disposición del primer ministro británico, Gordon Brown, y el secretario del Tesoro, Alistair Darling, a nacionalizar la entidad, que debe al Banco de Inglaterra cerca de 26.000 millones de libras (34.200 millones de euros).
Estas últimas revelaciones sobre la existencia de planes de contingencia para la nacionalización fueron claramente realizadas con el objeto de poner presión sobre los accionistas para que acepten una oferta viable del sector privado y no limiten en su reunión de mañana la capacidad del consejo directivo de vender activos.
La semana pasada, el principal accionista del mayor accionista de Northern Rock, RAB Capital, junto con el fondo SRM, que tienen en conjunto el 18% del capital del banco, firmaron una carta en la que solicitaban al resto de propietarios del banco que no procedieran a una venta precipitada del banco que pueda infravalorar sus activos.
Ambos accionistas decidieron hacer presión juntos para asegurarse de que no se podrán hacer ventas de activos por parte del consejo directivo sin contar con el visto bueno de los accionistas, para lo cual convocaron una reunión extraordinaria que tendrá lugar mañana.
Ahora el Gobierno ha decidido tomar estas medidas para evitar que tomen esta decisión en la junta. Según la prensa británica, el futuro de Northern Rock se aclarará por fin en cuestión de días.
Por un lado existe la opción de una venta a uno de los dos consorcios oferentes, por un lado el fondo de capital riesgo Olivant, liderada por el expresidente de Abbey National, y por otro la del consorcio liderado por el magnate de Virgin, Richard Branson, alternativa que fue calificada de "preferente" por el consejo del banco.
Finalmente queda la opción de la nacionalización, debido a su elevada deuda con el Banco de Inglaterra, aunque parece ser que esta idea no es la más popular entre los ministros y dirigentes británicos, más proclives a una solución con capital privado.
