NUEVA YORK, 25 Sep. (Reuters/EP) -
El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, ha afirmado este martes que un eventual cambio orientado a los mercados en la política económica de China "no va a ser fácil", incluso pese a que Washington ha impuesto aranceles a sus importaciones de bienes chinos por un valor de 250.000 millones de dólares.
Así, ha resaltado que los "diálogos interminables" con el Gobierno chino en las últimas décadas han "fracasado miserablemente" en su intento por cambiar las políticas de Pekín, de modo que la presidencia de Donald Trump ha decidido aplicar presión directa con los gravámenes.
Las medidas comerciales tomadas por la Casa Blanca se basan en estudios sobre las prácticas en transferencia de tecnología y propiedad intelectual de China, ha sostenido Lighthizer.
El Gobierno estadounidense activó el lunes los gravámenes de 10 por ciento a productos chinos valorados en 200.000 millones de dólares después de que Pekín adoptara medidas en represalia contra lo que Lighthizer ha descrito como "modestos" aranceles a bienes estadounidenses por unos 50.000 millones de dólares.
"Empezamos a atender este tema con bastante sobriedad luego de mucho estudio, pero el hecho es que lo que habíamos hecho (antes) fracasó de una manera evidente", ha señalado. "No va a ser fácil. Los cambios no son nunca fáciles", ha remachado.
